Pese a algunos incidentes de mínima cuantía en el marco de la luna de miel en que viven el gobierno y la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), la marcha del poder dual que existe entre el Estado y los empresarios capitalistas del país se encuentra en uno de sus mejores momentos. En efecto, el Consejo Económico Productivo, creado en junio pasado, está cumpliendo el cronograma en la realización de los estudios que se acordó con la buena voluntad de las partes y que permiten pronosticar años de bonanza para el país, según revelaron con optimismo representantes de ambos sectores.
El Consejo de referencia fue creado hace dos meses con participación de representantes del Estado y de empresarios privados con el objetivo de dinamizar la economía del país, en especial reactivar la industria manufacturera. Deberá presentar el fruto de sus deliberaciones hasta fines de octubre de este año. Esa reactivación del sector industrial aludido tiene notable importancia en la economía del país, pues es el tercero que tuvo el mayor crecimiento el año pasado, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), destacándose que su crecimiento en 2016 fue del 6,2 por ciento, índice que, sin embargo, está por debajo del crecimiento de la construcción (7,8 por ciento) y servicios financieros (7,9 por ciento).
El funcionamiento de ese Consejo Económico Productivo ha hecho vislumbrar a sus integrantes que se encuentran con muchas expectativas sobre lo que puedan lograr, los incentivos que se pueda generar para crear nuevos empleos y mejorar la situación económica de Bolivia, que atraviesa dificultades debido a la caída de los precios de las materias primas de exportación, los problemas de la inexistencia de nuevos campos gasíferos, la presunta debilitación de los mercados de consumo de Argentina y Brasil y otros, así como la debilitación de la seguridad alimentaria que determinó el aumento de las importaciones oficiales de alimentos de Argentina, Chile, Brasil, Perú, Estados Unidos y otros por valor de 50 millones de dólares al mes, o sea más de 500 millones de dólares al año.
Objetivo central del flamante Consejo Económico Productivo será, según empresarios privados, enfrentar la crisis que sufren los sectores señalados debido a la informalidad y el contrabando de bebidas, alimentos, cueros, maderas y textiles, situación negativa que, sobre la base de los proyectos a realizarse, será superada “en seis meses como máximo”, vale decir que la producción de textiles podría poco menos que duplicarse y rebasar en gran medida los índices de crecimiento de la construcción y servicios financieros.
Por la nada pesimista apreciación de los representantes de la Confederación de Empresarios Privados, se deberá encontrar la solución en los proyectos que presentará el Consejo Económico Productivo, en particular por lo referido por un dirigente de los pequeños empresarios, Humberto Valdivieso, cuyo diagnóstico de la situación señala que los pequeños textileros están en “terapia intensiva”, por causa de la “creciente importación de ropa usada y china” y que “no hay apoyo, no hay condiciones; las unidades productivas son más familiares, ya sea porque no se puede contratar empleados, la materia prima es más cara y no hay venta; toda la maquinaria se encuentra en malas condiciones en nuestro país”.
En todo caso, la responsabilidad del Consejo Económico Productivo es apremiante porque industriales esperan que la iniciativa “no se quede en el papel y se haga realidad. Nosotros queremos que intervengan en los mercados pidiendo pólizas de importación; solamente así se podría controlar el contrabando hormiga”, “Estamos a punto de morir”, concluyó Vito Herbas, de la Asociación de Productores de Cuero y Calzados.
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