La situación de salud en nuestro país es un tema muy sensible, porque estamos afectados todos. Lamentablemente al médico se lo ve o se lo hace ver como el responsable de esa crisis, cuando en realidad el médico es un ciudadano más, afectado por un mal sistema de salud.
Es de seguro que como ciudadanos bolivianos también tenemos un rol que jugar, cuando no acudimos tan prontamente al médico o no realizamos lo que se llama prevención de la enfermedad.
Cuando nos afecta una enfermedad, lo primero que hacemos es recurrir al consejo de la comadre, luego paulatinamente a la farmacia, al naturista y ya cuando avanzó la enfermedad y muchas veces ya se encuentra en los estados más críticos o, en el peor de los casos, en momentos terminales de la enfermedad, recién se acude al médico. Es necesario que nos eduquemos todos en este sentido.
Ahora todos debemos preocuparnos porque existe esta crisis que se llama del sistema de salud boliviano, lo que lleva a la tragedia de ver cómo los asegurados de cualquier ente gestor de la seguridad social o, en el peor de los casos, conciudadanos que acuden para atención al sistema público, tienen que hacer largas filas con el objeto de conseguir una ficha que les permitirá acceder a una consulta médica. Y lo peor es cuando a ese gestor de seguridad social le faltan insumos médicos y medicamentos, por lo que en la farmacia institucional muchas veces llega a escasear lo más indispensable, poniendo en grave riesgo las vidas de los pacientes.
Este sistema de salud se convierte en un verdadero calvario para los enfermos y sus familias, lo que genera frustración y rabia que es demostrada contra el médico y el equipo de salud, cuando ellos no son los responsables de esa crisis.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que un médico, en cualquier parte del planeta, debe dar una atención en consultorio de entre 15 a 25 minutos, lo que debe permitir entablar una adecuada relación médico paciente y esto debe servir para realizar un adecuado y excelente examen físico semiológico. Pero por la gran demanda de atención de salud, en nuestro país es rebasada esa atención de pacientes en la seguridad social y ese número en los hospitales públicos se triplica.
Por eso se escucha y se ve que permanentemente el servicio de emergencia del Hospital de clínicas está colapsado, llegando en reiteradas oportunidades a brindar atención a los pacientes en el piso, en sillas y gradillas, atentando contra la dignidad de la persona. Pero cabe decir que no es culpa del médico, sino es por la carencia de infraestructura e inmobiliario, de lo que es responsable el Estado boliviano a través del Ministerio de Salud.
Nuestro país se caracteriza por contar con innumerables normas, leyes; claro ejemplo son los decretos 3091, 3092 y la Ley 922. ¿Considera el gobierno que incrementando el número de normas solucionará el grave problema del sistema de salud? ¡Es un grave error!
La Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés a través de su Honorable Consejo Facultativo ha realizado la propuesta nacional de elaborar una Ley Integral de Salud que debe tener un carácter participativo de todas las instituciones involucradas en salud, más la participación del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Ministerio de Justicia, municipios, gobernaciones, rentistas, con el objetivo de contar con un plan y sistema de salud. La academia se ha pronunciado, que sea escuchada será algo bueno.
El autor es médico y docente de la Facultad de Medicina de la UMSA.
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