Son 22 las reservas que la ley dispone que sean respetadas y no pueden ni deben ser efecto de violaciones porque son parte fundamental del sistema ecológico y, además, reservas de riquezas vegetales, animales y bienes naturales. El Tipnis es parte intangible -que no debe ni puede tocarse- de ese total de reservas; pero el Poder Legislativo, en actitud irresponsable y tan solo por dar paso a intereses creados aprobó una ley anulando la 180; lo hizo con su mayoría parlamentaria que, está probado, obedece las disposiciones del Poder Ejecutivo y actúa en contra de normas fundamentales.
La oposición, con pocos diputados que solo pueden protestar inútilmente, nada pudo hacer ante los “levanta-mano” que nunca pueden tener conductas acordes con el bien común y menos, respetar la voluntad del pueblo que, en este caso, se opone terminantemente a que el Tipnis sea hollado, mansillado, destruido por la invasión de cocaleros que solamente sirven al narcotráfico.
Anular la Ley 180 del año 2011 es, innegablemente, atentar contra el país porque sería el principio para que, por razones políticas, se trate de vulnerar también la intangibilidad de las otras reservas, alegando inclusive razones económico-financieras, como se hizo en su momento con la posibilidad de explotar El Bala. El gobierno, afanado por abrir la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, alega una serie de razones que están muy lejos de la verdad y de los intereses generales del país.
Eliminar la intangibilidad del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) es sentar graves precedentes para el futuro e implica violar derechos de grupos indígenas que viven en toda la región, como son los Tsimane, Tsimane Yuracaré, Yuracaré, Yuracaré Moxeño, Moxeño y Moxeño-Movima que viven de la agricultura, la pesca y la artesanía propia de esos sitios; son pueblos indígenas acostumbrados a la región que tienen sus culturas, sus modos especiales de vida y no aceptan que fuerzas extrañas atenten contra sus libertades y medios de vida. Con toda razón creen que la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos generará la desestabilización socioambiental porque esa vía implica pasar por el corazón de la misma reserva.
Lo más grave de la anulación de la intangibilidad del Tipnis es dar carta blanca al trabajo de campesinos que se dedicarán al cultivo de coca que beneficiará al narcotráfico; dará lugar igualmente al asentamiento de colonizadores que se dediquen al loteamiento de tierra que, luego, implicará la destrucción de bosques y matanza de animales. La aprobación de la disposición anulando los derechos del Tipnis es anular los derechos del país, atentar contra el medio ambiente y sentar graves precedentes.
El gobierno, conjuntamente el Poder Legislativo, tiene la obligación de anular la ley aprobada que, con seguridad, tiende simplemente a favorecer al narcotráfico, abrir posibilidades para la explotación hidrocarburífera, mineral y de otros recursos naturales. Anular la intangibilidad del Tipnis es atentar contra el país.
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