La comunidad internacional estuvo pendiente, hoy como ayer, de todo cuanto ha ocurrido en relación con derechos humanos, en el interior de las naciones del continente latinoamericano y del mundo. Y es que los derechos humanos siempre se vieron amenazados e intimidados.
“Ningún miembro de las Naciones Unidas puede alegar que el maltrato a sus ciudadanos es exclusivamente de su propia incumbencia”, afirmó, en las Naciones Unidas, el presidente Jimmy Carter. Esta versión se lee en “Moralidad y política exterior”, de Kenneth W. Thompson, libro editado en México, el año 1984, página 110.
La comunidad internacional tiene sus mecanismos que le permiten acopiar información objetiva y fidedigna en relación con el manejo de dicho tema por instancias gubernamentales. Organismos como Amnistía Internacional, que representa un movimiento democrático y autónomo, miden permanentemente los avances y retrocesos en materia de derechos humanos, ejercida por gobiernos de tendencia derechista o izquierdista.
Existen en el mundo quienes piensan que silenciando al adversario de diferencia ideológica, religiosa o racial, se puede allanar el camino de la justicia, la paz y la verdad. Quizá creen, inclusive, que hechos de esta naturaleza quedarán impunes por los siglos de los siglos. Empero “ni perdón ni olvido”, como reitera la sentencia, para los delitos tipificados como vulneración de derechos humanos.
En este marco se ha cometido abusos contra la integridad física o mental de las personas. Se ha conculcado la libertad de expresión. Se ha arrestado en tenebrosas mazmorras a hombres y mujeres.
“Hay dos métodos de lucha: uno por medio de la ley, el otro por la fuerza; el primer método es propio de hombres, el segundo, de bestias; sin embargo, como el primero suele resultar insuficiente, es menester tener acceso al segundo”, señalaba Nicolás Maquiavelo.
En consecuencia podemos colegir que la violación de derechos humanos es propia de bestias.
En suma: se impone una mayor apertura y respeto por los derechos humanos. Este es el objetivo prioritario de nuestros tiempos.
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