COMUNICABILIDADES
El acto de escribir es equivalente a congelar las palabras en el tiempo… serán letra muerta hasta que alguien les de vida mediante la lectura. Por lo tanto, escribir o leer es un asunto “entre dos”.
Casi siempre, un libro o un escrito provocan la sincronización de dos mentes y dos corazones en el texto, sin importar el contexto.
En este instante (por ejemplo), mientras usted lee, yo escribo. Usted jamás sabrá en qué preciso instante codifiqué estas palabras. Yo nunca sabré en qué preciso momento las decodificará usted, pero estaremos interconectados mediante la palabra escrita.
La relación intertextual entre escritor y lector es tan fuerte que pareciera que el autor nos estuviera hablando sólo a nosotros… contándonos sus investigaciones, opiniones, descubrimientos, sueños, ilusiones o realidades.
Para lograr este efecto, el escritor lee una y otra vez cada palabra o frase que escribe… tratando de imaginar cómo la interpretará el lector, intentando anticiparse a las dudas, objeciones o dificultades en la comprensión.
La lectura (por lo tanto) es una dialéctica silenciosa entre autor y lector, una relación que comienza cuando abrimos un libro y entra en “modo pausa” cuando lo cerramos (por ahora), y podrá recomenzar en cualquier instante, cuando decidamos volver a leerlo.
Leer es un acto liberador, es beber de una fuente inagotable de conocimiento, es disfrutar de un sorbo tibio de inspiración en una noche fría, un dulce placer individual casi pecaminoso, una gota de agua en el desierto, una luz al final del camino, la tabla de salvación y alivio para quienes no perdemos la fe en la humanidad.
(*) Director ejecutivo de Xperticia. Empresa de Capacitación y Asesoramiento en Comunicación.
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