¿Existe la Unidad de Tránsito?

La Paz y El Alto, sus calles y los peatones de estas dos ciudades se encuentran abandonados por Tránsito y librados a su suerte, de manera que sus habitantes se preguntan si la Unidad de Tránsito existe o no. Los llamados Agentes de Parada, más conocidos como “varitas”, aparecen esporádica o eventualmente en algunas esquinas, si es que aparecen. Esta desaparición confirma la duda de que este Batallón dependiente de la Policía Nacional no tiene horario que cumplir, turnos, oficiales uniformados que lo supervigilen y, en fin, si se rige bajo algún mando o sus miembros gozan de libre albedrío en su “trabajo”, aunque acudan puntualmente a recibir sus sueldos.

En esta especie de paraíso laboral no se dejan sentir las autoridades del ramo. La responsabilidad directa e inmediata debe asumirla el Director Departamental de Tránsito, coronel Freddy Juan Carlos Betancourt, para controlar el orden de rodados y peatones en La Paz y El Alto, pero en su defecto tampoco actúa la escala jerárquica encargada de llamarle la atención, desde el comandante Nacional de Tránsito, coronel Mauricio Rocabado, el comandante General de la Policía Nacional, Gral. Abel de la Barra y en grado máximo el ministro de Gobierno Carlos Romero. Lo cierto es que ninguna de dichas autoridades aporta en definitiva a las cada vez más angustiantes condiciones en las que transcurren estos flujos. Si el parque automotor y el contingente humano crecen cada día, se hace necesario con el mismo ritmo el manejo y control en calles y plazas, en las cuales, además, nadie respeta las señales de los semáforos.

Cualquier ciudadano -menos el Tránsito- percibe que las esquinas más conflictivas en el centro de La Paz son Yanacocha-Mercado; Colón-Mercado y en Sopocachi la desesperante esquina Rosendo Gutiérrez-avenida Arce, cuya congestión ocasiona el desastre vehicular en la plaza Isabel la Católica, a la que confluyen los motorizados que por derecha bajan de la plaza Avaroa y por izquierda las de la Arce y zona sur. Esto significa que las 4 esquinas de las citadas plazas deben contar con varitas en función de evitar congestiones. Cuando decimos “varitas”, significamos que por lo menos se debe dotar dos en cada esquina de las plazas Avaroa e Isabel la Católica.

Otro obstáculo para la fluidez del tránsito es el parqueo permitido -pese a anteriores prohibiciones- en las calles Yanacocha, Ayacucho, Colón, Socabaya, Montes y, ni qué decir, en cuanto a la avenida 6 de Agosto, obstruida a cualquier hora como estacionamiento, pero en especial a medio día y desde las 17 en adelante, horas en las que por comodidad, conductores públicos y particulares ocasionan el retraso de la circulación y perjuicios a los pasajeros, de los que debería responsabilizarse tanto al Tránsito por su ausencia como a la Alcaldía. Este nivel anunció el remolque, multa y decomiso por dichos abusos, pero sin ejecución alguna.