Una nueva etapa

Como está haciendo Lenin Moreno en Ecuador, aquí también el gobierno parece haber entrado en una nueva etapa cuando decide subir el precio del gas natural y aplicar medidas económicas de tinte neoliberal.

Para que se parezca a lo que hace Lenin, el gobierno boliviano tendría que poner en venta el avión presidencial, el avión vicepresidencial, el helicóptero atizador del Ministro de Defensa y los autos de lujo comprados en este tiempo, excluyendo las acciones de empresas importadoras de motorizados.

La posibilidad de aplicar un gasolinazo no ha sido considerada todavía, aunque todo indica que está en agenda: Enrique García, expresidente de la CAF, recomendó en un foro en mayo pasado a la oposición no cuestionar ni un ajuste de la gasolina ni del tipo de cambio, como habría hecho la oposición venezolana ante oportunas y muy inteligentes iniciativas similares de Nicolás Maduro, según dijo.

Sin que nadie se marche hacia Bélgica, aquí las cosas podrían cambiar tanto como en Ecuador en vista de que las elecciones de fines de 2019 están a solamente un año y medio de distancia.

Guiado en las encuestas que tiene, el gobierno estaría ahora diseñando su nueva imagen para venderla al electorado en 2019, al electorado de las ciudades, porque el de otras regiones está garantizado por el especial sistema electoral creado por el chavismo en Venezuela. La idea de un referéndum similar al de Maduro también es considerada como posibilidad.

Las políticas que aplica el gobierno están dirigidas, por un lado, a apretar al sector legal de la economía mediante aumentos de las tarifas y a abrir, por otro lado, nuevos horizontes para los cultivos de coca, como se denuncia que estaría haciendo en el Tipnis.

Ha abierto el Tipnis y, aprovechando el impulso, el gobierno abre también otros parques, ya no para la coca solamente, sino para la industria petrolera.

No se trata de ahogar a las actividades económicas legales, sino de hacerlas más responsables, de tal manera que sepan ahorrar el gas natural que tanto le costó extraer al gobierno nacional de los campos existentes.

Y ahora que esos campos se están agotando, la austeridad tiene que comenzar por casa. Las exportaciones no pueden fallar.

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