El Parlamento de Venezuela, controlado por la oposición, se declaró ayer “en resistencia” tras rechazar lo que calificó como un “fraudulento” despojo de sus facultades por parte de la Asamblea Nacional Constituyente, un cuerpo plenipotenciario dominado por los aliados del presidente Nicolás Maduro.
El viernes, la constituyente asumió las potestades del Congreso, una medida que generó críticas de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de varios países, incluidos Estados Unidos y un grupo de 12 naciones latinoamericanas.
Durante la jornada de ayer, secundado por los embajadores de Alemania, Italia, Chile, Polonia y Reino Unido, el vicepresidente del Parlamento, Freddy Guevara, dijo que no se aceptará “ninguna” decisión emanada de la constituyente y seguirá trabajando, a pesar que la justicia ha bloqueado todas sus leyes desde que la oposición ganó la mayoría de curules en 2015.