I
Iván Camarlinghi Mendoza
La noche del 20 de agosto de 1971 fue aterradora. A partir de las 18:30, cada cinco minutos en La Paz se oía explosiones muy fuertes que retumbaban en la oscura fría noche paceña. Había rumores de levantamientos militares contra el Gral. Juan José Torres que lideraba un gobierno de izquierda en pleno corazón de América, centro de batalla de la vigente Guerra Fría.
¡Boom! ¡boom! Retumbaban los vidrios, como queriendo quebrarse y saltar en astillas. Salí corriendo de mi cuarto y encontré a mi papá fumando tranquilo: “¿Qué pasa, Iván?, me dijo, azorado por los gritos; alcancé a decirle: “¿no has escuchado?”. No había terminado… y ¡boom! Más fuerte que las anteriores. ¿Qué es eso? “No sé papá”. ¡Parecen explosiones! Y ¡boom! Son explosiones, ¡de seguro! Pero, ¿por qué? Nadie sabe… “Debe ser una entrada folclórica”, dice mi primo, casi riendo y ¡boom! Más fuerte. “No son bailarines, son bombas, todos al suelo, ¡boom!”.
¿Bombas a mediados de agosto?, ¿cohetones y petardos por fin de mes?, ¡no puede ser! Artificios por el día de la Patria, menos. ¿Qué será?, Día de la Bandera, San Roque y otras, ¡descartadas! ¿Qué será? Prendemos la tele, presentan una telenovela rosa, o más bien una antología al mal gusto. Prendemos la radio: Fides anuncia que tropas en Santa Cruz de la VIII División de Ejército al mando del Cnl. Eterovic se han levantado en contra del gobierno “comunista”. Las tropas han tomado la Plaza 24 de septiembre, las principales radios, la Universidad René Moreno, la Rotonda del Cristo, Comando de Policía y otras estatales: El Estadio de Santa Cruz, el Aeropuerto el Trompillo y otros.
¿Y en La Paz qué pasó?, militantes de Falange Socialista Boliviana (FSB) y del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) estaban tirando bombas en sus principales calles, amparados por la oscuridad y el anuncio del golpe en Santa Cruz y que continuó en La Paz y Cochabamba; lo demás era fácil porque si no se sumaban, sumario militar ¡y listo! Un lugar en cada cosa y cada cosa en su lugar, decían los militares y así nomás era: “donde manda capitán no manda marinero” (adagio antiguo) y en este caso se debía decir: “donde manda coronel (Hugo Banzer, jefe del golpe) no manda general” (adagio moderno). El Gral. Torres Gonzales gobernó 10 meses en medio de revueltas, asonadas y motines que buscaban acabar con el “gobierno revolucionario”.
En Cochabamba, la V División de Ejército comandada por el Gral. Gambule se sumaría el 21 de agosto a las 18 horas después que Banzer había consolidado su golpe y su gobierno con el apoyo decisivo de Falange y el jefe del MNR, Víctor Paz Estenssoro, al que se sumó el decisivo apoyo de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), cuyos Mustang vomitaron fuego sobre el cerro Laikakota, el Gran Cuartel de Miraflores, atacado por fuerzas revolucionarias, y sus alrededores.
El golpe no se había originado el 20 de agosto en Santa Cruz. La conspiración venía desde el mismo momento en que es derrocado el Triunvirato que se hizo cargo del poder por una hora (3 a 4 de la tarde del 7 de octubre de 1970), a los sucesores del Gral. Rogelio Miranda (Sattori, Guachalla y Albarracín), que tras jurar en el Palacio, tuvieron que huir dejando en su atolondrada salida, restos de velas, la Biblia y otras pérdidas por la estampida militar, mientras que la Banda de los Colorados de Bolivia tuvo que guardar sus instrumentos para conservar sus vidas ante el bombardeo de la FAB en contra de Miranda, el Triunvirato y el Gral. Ovando.
El relato es detallado porque fue una de las etapas más convulsas, inestables y trágicas de la historia de Bolivia porque entre la muerte de René Barrientos y la asunción del coronel Banzer mucha sangre corrió bajo el puente y los hechos torcieron la historia de esa Bolivia de principios de los 70.
De este 21 de agosto del que estamos hablando, la historia guarda una gris y roja memoria porque en esos aciagos días murieron más de 150 personas, fueron heridas alrededor de 900 y apresaron, torturaron y exiliaron a más de 4.000 bolivianos, solo por ser sospechosos “comunistas”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
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