Siete años sin ver y sin oportunidades laborales

Nemesio Alberto Solita es un ciudadano que perdió la vista hace siete años, producto de un accidente, aparte de la discapacidad visual se fueron sumando las dificultades, en su criterio la más preocupante es la falta de oportunidades laborales para el sector.

Sentado en una grada, Nemesio empieza relatando que su visión fue disminuyendo paulatinamente, según cuenta la retina del ojo se fue desprendiendo poco a poco pero su situación se complicó cuando sufrió un accidente a los 50 años y desde entonces perdió la vista definitivamente.

Después de que ya pasaron siete años el invidente un tanto afligido manifestó: “No es fácil ser ciego, perder la visión cuando toda la vida la tuviste, es difícil aceptarlo”, dijo.

Nemesio afirmó que la vida de un ciego es muy complicada, desde el transitar por las calles hasta la carencia de oportunidades que tiene el sector, recalcó que los ciegos deben acomodarse al mundo hecho para videntes porque no hay espacios de desarrollo para el gremio.

“El ciego no puede trabajar en nada todo lo que está a nuestro alrededor está hecho para los videntes, los ciegos debemos adecuarnos a lo que hay”, expresó el no vidente.

Para llegar a su hogar o alguna institución deben contar los postes, las cuadras, como referencia del lugar donde se encuentran, mencionó que esa discapacidad hace que agudicen otros sentidos como el olfato y el oído que también los ayuda a desplazarse por la ciudad.

Afirmó que la ciudad de La Paz cuenta con solo un centro de rehabilitación para personas no videntes donde la mayoría de ellos acuden al lugar para aprender a independizarse para retomar una vida normal “sin molestar a nadie”, dijo.

Nemesio vive solo su esposa falleció tiempo atrás tiene seis hijos que viven de manera independiente, él se dedica a la venta de papel higiénico, fósforos en días de feria, es decir de manera eventual, detalló que si le va muy bien en las ventas obtiene una ganancia de Bs 100 o caso contrario Bs 40.

Afirmó que debe trabajar con el factor “suerte” dijo que a veces no hay nadie quien compre y que a pesar de que la gente ve su discapacidad aun así lo engañan con billetes falsos o le pagan menos, aseguró que pasa algo similar con sus compañeros otros deben sacrificarse más dedicándose al arte público o pidiendo limosna.

Comentó que a nivel nacional deben llegar aproximadamente a 6.000 no videntes de los cuales solo el 10% debe contar con un trabajo en instituciones o empresas, aseveró que los no videntes únicamente son contratados para ser ascensoristas.

Aseguró que a pesar de recibir un bono de 6.000 bolivianos anual no es suficiente para las necesidades que tienen, “un sector tan vulnerable como el nuestro debería tener mayores beneficios, no tenemos trabajo, tenemos que mantener a nuestras familias”, manifestó.