Notable descenso de inflación a 0,14%

La inflación es el peor mal que pueden sufrir las sociedades humanas, por el deterioro que produce la crisis que genera en todos los ámbitos, en particular contra los hogares. De una parte produce la escasez y la especulación con los alimentos, de otro lado deteriora la economía nacional, con lo que en vez de crecer se hunde en el atraso y la pobreza.

Bolivia ha tenido esta experiencia en dos períodos, después de la Revolución Nacional de 1952 y luego, con una agudeza espantosa en los años 80 y parte de los 90.

Pero no solo se manifestó en sus aspectos materiales, sino en la inestabilidad política y en una creciente pobreza. Los salarios se reducen de forma constante, porque cuanto más crece la inflación, sus efectos son cada vez más penosos para los hogares en general.

El caso de Bolivia en ese período llegó a tal magnitud que se tornó en una de las inflaciones mayores conocidas en el mundo, o sea que solo secundó a los efectos perversos de la guerra mundial (1939-1945).

Los impactos de la inflación se manifiestan en los salarios, los que por más que se los ajuste con harta frecuencia, no llegan a resolver problemas como la escasez de alimentos y el deterioro de las condiciones de vida de la población. Todos sus niveles sociales son afectados dramáticamente.

De los múltiples daños que causa en la vida humana, el más ilustrativo del desastre era cuando las empresas, virtualmente en quiebra, tenían de todos modos que hacer sus depósitos bancarios. Para llevarlos a los bancos tenían que utilizarlos incluso en gangochos que habitualmente se usan en Bolivia como envase para el transporte de papas y alguna otra producción agrícola.

Frente a esa experiencia tan lacerante que vivieron los bolivianos en esos años, al presente resulta que la inflación a junio de 2017 fue de apenas 0,14%. O sea que prácticamente no existe. Sin embargo, no hay que suponer que este porcentaje puede ser permanente.

En efecto, en 2010 ha sido del 7,18%, en 2013 de 6,48%, en 2016 de 4.0% y a medio año de 2017 se redujo al mínimo, a tal punto, como se anota en línea precedente, virtualmente no existe, al haberse minimizado al 0,14%.

Este dato es el más positivo que registra la economía nacional, pues el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) bajó al 4,3%, después que en 2013 llegó al 6,8%.

Los datos anteriores fueron difundidos esta semana por el IBCE (Instituto Boliviano de Comercio Exterior). En los cuadros que aparecen en esta página se encontrarán mayores precisiones sobre la Economía y la Producción y acerca del Comercio Exterior del país.