Fermín Cáceres B.
El socialismo o el comunismo no se distinguen claramente entre sí. Es sabido que los comunistas se llaman también a sí mismos socialistas. Como ideología revolucionaria, solamente accede al poder mediante la revolución, pero en ocasiones también se vale de la democracia. Ya en el ejercicio del poder no renuncia a sus postulados dictatoriales.
Lo más destacable de esta ideología se la puede resumir en lo siguiente:
• Entre el socialismo y el fascismo existe, pues, una estrecha identidad en cuanto a los métodos de gobierno. Ambos llevan al mismo fin: la dictadura y su consiguiente resultado, el culto a la personalidad.
• Ejerce esta ideología una autoridad absoluta e indiscutible sobre el individuo.
• Pretende estar en posesión de la “verdad absoluta”, la cual no se puede discutir, sino tiene que ser aceptada ciegamente.
• El país donde uno detenta todos los poderes es un país de esclavos, donde el pueblo empieza a sentirse dominado, más que gobernado.
• La Asamblea Legislativa es convertida en un coro muy caro de dudosa moralidad y que sufre de una profunda desviación.
• Es un régimen totalitario, opresor y corrupto, criminal y partidario de la violencia desorbitada.
• La prisión preventiva es el medio más eficaz para combatir al enemigo.
• La fuerza pública -Policía y FFAA- es totalmente politizada y al servicio del régimen.
• Forma grupos corporativos, con mentalidad enajenada, brutal, arrogante, cruel, son atrevidos y contumaces, exentos de sentimientos. Pretendiendo ser sabios se hicieron necios.
• Los discursos virulentos los llevaron a menudo a experimentos mesiánicos, que no hacen otra cosa que hundir más a los países.
• Todo gobierno que no se apoye en las leyes es un gobierno despótico, llámese como se llame. Su credo es la política, su iglesia el Estado. No hay dentro de sus dogmas ninguna esperanza de una evolución hacia la sociedad libre.
• El poder nunca es estable cuando es absoluto, ilimitado y corrupto.
• La Justicia, para merecer tal nombre, debe ser imparcial, objetiva e independiente, que sirva al pueblo. Pero, “la justicia en el socialismo no es otra cosa que la voluntad de la clase gobernante”. (Andrei Vishinsky).
• Los subsidios, que son tan comunes en el socialismo, crean dependencia y dejan a la gente sin dignidad. Pero para sus fines políticos la dignidad nada vale.
• En elecciones amañadas es norma el fraude electoral, a través de la manipulación de datos de las cortes electorales.
• Los dictadores han hecho uso y abuso de la prisión, la censura, el control de la enseñanza y las falsedades sistemáticas de su maquinación propagandística. Y siempre a la larga en vano.
• Nunca tan pocos, en tan poco tiempo, han arruinado tanta ilusión del pueblo venezolano.
• El socialismo comunista del Siglo XXI no hace otra cosa que reciclar una ideología caduca que ya pertenece al pasado.
• Y lo peor que le pudo ocurrir al gran país venezolano como firmante del adendum del ALBA, fue el tiro de gracia para su fingida democracia.
Si Dios no edifica, en vano edifica el hombre (Sal. 127:1).
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