Hace años, los niños se morían de polio, de tuberculosis, de problemas respiratorios, entre otros. Eran los asuntos que preocupaban, mientras que los temas emocionales no se estudiaban ni se tenían en cuenta. Cuando los problemas físicos desaparecen en gran medida y aumenta la esperanza de vida, nos percatamos de que el 20% de los niños tienen problemas psicopatológicos; es decir, uno de cada cinco menores de 18 años. A las consultas llegan niños obsesivos compulsivos, con problemas de trastornos de personalidad, que agreden a sus padres, con pensamientos psicóticos y más.