Achacachi envía carta al papa Francisco

Ante la falta de respuesta por parte del Gobierno a la solicitud de diálogo los pobladores de Achacachi con mediación de la Iglesia Católica, los dirigentes regionales y las mujeres en vigilia frente al Palacio de Justicia decidieron ayer enviar una carta al Santo Padre Francisco denunciando lo que consideran un abuso de poder con los más débiles, informó el representante de Derechos Humanos, David Inca.

El jueves pasado, la Iglesia Católica invocó a las partes en el conflicto a acceder a una mesa de diálogo para resolver este problema para evitar que los bloqueos se radicalicen. No obstante, el Gobierno prefirió callar y anunciar que no puede obligar a renunciar al alcalde Edgar Ramos Laura.

"Monseñor Eugenio Scarpellini, Arzobispo de la ciudad de El Alto, está viajando a Roma mañana y por eso le estamos pidiendo que lleve una carta al papa Francisco, donde le explicamos el conflicto de Achacachi y las actuaciones del gobierno en contra el pueblo”, dijo Inca, activista de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos.

El obispo Escarpellini es parte de la delegación de obispos que viaja al Vaticano para mantener una reunión con el Santo Padre, para darle a conocer la actividad de la Iglesia Católica en Bolivia y su relación con el Estado.

Inca dijo que con la inasistencia del el Alcalde de Achacachi y la representación del Gobierno a la reunión convocada por Scarpellini muestra la protección que prestan los ministros y el poder político a la autoridad municipal a pesar de los cuestionamientos por claros actos de corrupción.

“Ahora se conoce quiénes quieren solucionar el conflicto de Achacachi, quiénes están protegiendo a un corrupto y qué buscan con esta conducta”, agregó el activista.

INVITACIÓN FORMAL

Por su parte, el arzobispo Scarpellini reiteró que las autoridades de gobierno y el alcalde Edgar Ramos fueron invitados de manera formal, mediante una carta y se esperaba su participación en esta mesa de diálogo, pero no se presentaron.

Recordó que su interés por el diálogo es parte de su actividad como pastor de la iglesia y ante la indiferencia de algunos sectores al sufrimiento de madres, hijos, enfermos y niños, que son los verdaderos perjudicados por el conflicto.