“Hable con su abdomen y escuche lo que tiene que decirle”

Muchas de las dificultades que tenemos con nuestro sistema digestivo provienen de la falta de consideración hacia este maravilloso sistema.

Como no tenemos consideración ni conciencia de que este sistema tiene conciencia, inteligencia y una dignidad interior, abusamos de nuestro sistema digestivo haciéndolo trabajar día y noche sin el menor descanso y dándole la mayor cantidad de alimentos sin importarnos lo que piense nuestro abdomen, nuestra "barriga" o nuestro sistema digestivo.

Si estuviéramos en su lugar, tendríamos que preguntarnos si nos gustaría estar en esa situación, en esa condición en la cual nuestro amo (nosotros mismos) ni siquiera se percatara de que existimos, de que trabajamos todo el día, de que no se nos considera para nada ni se toma en cuenta el hecho de que necesitamos descansar para reponernos por todo el trabajo incesante que hacemos día a día sin descansar ni los fines de semana ni los feriados.

Cuando aprendemos a darnos cuenta de que nuestro sistema digestivo aunque no tiene voz sí tiene una forma de comunicarse con nosotros en caso de que quisiéramos escucharle y esa forma es el lenguaje intuitivo y cuando hablamos con nuestro sistema digestivo él nos responde y nos dice sus pensamientos, sus sentimientos y su parecer, aparte de que nos puede dar maravillosas lecciones con las cuales podemos aprender a vivir mejor aprendiendo a respetar a nuestro sistema digestivo y respetar sus horas de descanso, reposición y entendiendo que también tiene su necesidad de atención, cariño y de una comunicación amorosa y considerada.

A modo de ejercicio, tenga tres charlas con su abdomen al día aunque sea solo para preguntarle cómo está y si tiene algo que decirnos para que nuestra relación mejore; nos vemos en el artículo de mañana.

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