Costos fabulosos

El misterio de los “costos recuperables” de las empresas petroleras se está abriendo. Pagaban impuestos, pero a cambio recibían tanto dinero que las compensaba en creces.

PETRÓLEO ORO ZINC El huracán Harvey en el Golfo de México dio un duro golpe a la capacidad de procesamiento de petróleo mundial y ahora Irma podría afectar al consumo de petróleo de gran parte de Estados Unidos. Sin embargo, el prospecto de tres nuevas tormentas formándose en el Atlántico y el golfo de México han elevado el precio del petróleo a pesar de que las reservas almacenadas de petróleo siguen creciendo por encima de lo normal para la temporada. El aumento de 15% en el precio del oro desde principios de año llegó al mercado esta semana junto a nuevos temores por el intercambio de amenazas nucleares entre Estados Unidos y Corea del Norte. Los grandes inversionistas internacionales incluyendo los grandes bancos de inversión mantienen entre 5 y 20% de su portafolio en oro dependiendo en parte de sus expectativas de riesgo, incluyendo temores geopolíticos, guerra y desastres naturales. El precio del zinc (la principal exportación minera de Bolivia en 2017) sigue próximo a su nivel más alto de los últimos 10 años. El aluminio alcanzó su precio más alto en seis años en agosto. El cobre y el níquel también se cotizaron en 2017 por encima del pico del precio de los últimos dos años. Esto ha llevado a varios especialistas a nivel mundial a proponer que se viene una nueva versión del boom de los precios de las materias primas de principios de siglo.

A principios de este siglo había escrito en una columna que las oficinas de las petroleras están alfombradas con pieles de tigres, de todos los tigres que alguna vez las desafiaron.

Ahora se ve que el actual Gobierno no fue una excepción: quedó como alfombra en las oficinas de las petroleras, aunque trató de disimular apoyado en la propaganda.

Ahora se sabe que las petroleras esperan que el Estado les pague US$ 3.250 millones por concepto de “costos recuperables”, una figura creada en 2007 por el actual Gobierno como primera concesión después de la farsa de la “nacionalización”.

Se trataba de ocultar lo que realmente pagaban las petroleras. El Gobierno necesitaba decir que pagaban 82% pero optó por inventar un sistema de descuento de impuestos muy disimulado, algo ladino, taimado. Van a pagar más impuestos pero en compensación les vamos a devolver dinero, con la condición de que no lo digan a nadie.

El Gobierno aprobó una disposición por la cual se compensaba a las petroleras por los gastos que hubieran hecho, devolviéndoles todo lo gastado.

No era una disminución de los impuestos: era una devolución de gastos, con lo que las petroleras tenían menores costos y de esa manera aumentaban sus utilidades a pesar de los impuestos. Lo importante es saber cuáles serán las utilidades en la sumatoria total.

Una figura medio complicada para explicar a la gente pero que el Gobierno utilizó para mantener su farsa de que las petroleras estaban pagando más.

El discurso político no tiene relación, muchas veces, con la realidad, y menos con las estadísticas. Si en 2005 pagaban 56%, ahora, sumándolo todo, pagan 53%.

No importan los discursos ni las revoluciones en nombre de las cuales se estuviera hablando. Lo que vale son los números. Si las petroleras van a pagar menos o más. Si el Estado va a recibir menos o más. Y en esa aritmética, Bolivia perdió.

Por el momento, el Gobierno ha decidido fijar límites para los costos petroleros, porque las empresas se estaban pasando de la raya. Habían subido en más de 100% los montos de los “costos recuperables”.

Uno de los mayores daños de la nacionalización que no fue, es que logró ahuyentar la inversión. La falta de seguridad jurídica y el aumento de los impuestos fueron proclamados como virtudes del nuevo trato a las petroleras.

Mientras la nacionalización no fue tal y los impuestos en realidad no subieron, porque se compensaban con los gastos recuperables, la reducción en las inversiones si fue real.

El Gobierno anuncia que en la cuenca del Madre de Dios existen reservas de gas natural calculadas en 32 TCF por una empresa francesa de nombre desconocido.	Prestigiosos ingenieros petroleros dicen que no es posible decir cuánto gas existe en una región si no se han hecho, por lo menos, las primeras pruebas exploratorias de sísmica.