Al terminar la “guerra” con Chile, Bolivia en forma humillante tuvo que ceder su Litoral, ante la fuerza de las armas, por 600.000 libras esterlinas y facilidades que daba el vencedor. Un denigrante tratado fue firmado el 20 de octubre de 1904, cediendo Bolivia sus costas marítimas, con carácter gratuito, ya que ni siquiera se cumplió con la construcción del ferrocarril Arica-La Paz, que era parte obligatoria del convenio. Así lo hizo constar el fundador de EL DIARIO, el doctor José Carrasco Torrico.
La cuestión era justificar a como dé lugar la invasión y así Chile hacía valer su derecho de conquista, sin dar lugar a reclamos. El incumplimiento por la falta del ferrocarril desde Arica hasta El Alto de La Paz, debía pagarlo Chile, reconociendo a Bolivia, a perpetuidad, irrestricto tránsito por territorio chileno. El 31 de enero de 1905 el Congreso de Bolivia aprobó el Tratado de 1904 y lo hizo por 42 votos contra 30. Lo censurable es que nuestro país desde entonces no ha reclamado por el incumplimiento de ese tratado.
Ha pasado más de un siglo desde la “guerra” del Pacífico y Bolivia sigue insistiendo para obtener una salida al mar, que le permita impulsar su comercio exterior. Cuando concluyó el conflicto bélico, Chile hizo muchas promesas para que el tratado sea firmado, quedando así Bolivia encerrada entre montañas.
Entonces comenzaron a funcionar los puertos de Arica y Antofagasta, los que después fueron privatizados, con 1o que se dificultó el acceso al mar, por la subida de fletes y aranceles y una carretera sin facilidades para el transporte pesado boliviano. Además de numerosas complicaciones para el comercio boliviano, ahora hay frecuentes paros en territorio chileno. Por esta situación desventajosa para el comercio exportador nacional, habiendo fracasado el Tratado de 1904 en su aplicación, Bolivia empieza a planificar la utilización de otros puertos en países próximos.
Como la diplomacia boliviana ha presentado ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya una demanda para que sea atendido el problema marítimo de Bolivia y Chile, en otro caso, arguye que las aguas del Silala son de un río de curso internacional, va a pasar mucho tiempo hasta que ese tribunal haga conocer sus decisiones sobre esos dos grandes problemas.
De ahí la necesidad de Bolivia de trabajar en puertos de otros países, para no postergar su progreso. Pero preocupa que últimamente la presidenta Michelle Bachelet haya dicho que Chile es un país soberano y ningún país o institución internacional puede indicar devolución o entrega de territorios a otro país. Esta posición es la misma que tienen las Fuerzas Armadas de Chile y nos hace recordar lo que dijo en 1900 Abraham Koening, Ministro Plenipotenciario de Chile: “Mi país había dispuesto apoderarse a perpetuidad del litoral en el Pacífico, porque la victoria es la ley suprema de las naciones”.
El proyecto de Tren Bioceánico es estratégico, porque el occidente del país necesita líneas ferroviarias, que tanta falta hacen a La Paz, Oruro, Potosí, las cuales fueron desmanteladas por la nacionalización que fracasó en su ejecución. La cantidad de accidentes en la carretera La Paz-Oruro disminuiría con el uso de trenes y sus tarifas serían más accesibles para la gente necesitada. También empleos proporcionarían las vías ferroviarias.
El autor es profesor emérito y exautoridad de la UMSA.
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