Notas de la prensa chilena sobre nuestra demanda en La Haya

En casi todo Chile la mayor parte de la población instruida, entre amigos y familiares, tiene una pasión irrefrenable por la escritura. “La tierra del fin de mundo” es una patria diáfana, en su lengüeta geográfica los climas suelen ser sigilosos, casi prudentes a pesar de los aguaceros. Del otro lado del silencio, el mar truena como una culebra en todo su alargamiento, salvaje y brutal. Para los que pasamos parte de la juventud en sus aulas, los chilenos son amables, generosos y extremadamente respetuosos de sus instituciones. De sonrisa franca y humor negro, suelen usar una cantidad obscena de modismos que llegan al animalismo verbal al que uno acaba habituándose “al tiro, aperrado”. Y mantienen con sus amigos y vecinos una admirable camaradería. Vamos mucho a Chile y ellos vienen mucho a Bolivia a restituir el afecto y la consideración con su experiencia y su encanto. Estos son algunos apuntes del largo inventario con mis “queridos weones”. Notas y apostillas recientes de la prensa chilena referentes al asunto marítimo boliviano.

“La diplomacia chilena descubrió por medio del reciente fallo de la corte de La Haya en su contra con el Perú, que los fallos de la Corte Internacional de Justicia se acercan más al imaginario salomónico que a la letra muerta. Un 54% de chilenos cree que el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (en la demanda de Bolivia) para lograr una salida al mar será negativo para su país” (El Mercurio, 26 abril 2015). “Planteamos la incompetencia del tribunal y nos fue denegada. Entonces, ¿Le cabe a alguien alguna duda de que a estas alturas la Corte le dará a Bolivia algo más? Porque Bolivia no tiene mar y nosotros tenemos mucho. Y claro, La Haya se las arreglará para andar regalando, le será fácil, considerando que lo anduvimos ofreciendo por escrito” (Axel Buchheister, La Tercera, 12 de junio, 2016).

La clase política chilena ha calificado a La Haya como a un “Tribunal Pascuero, que reparte según su parecer y con independencia de las normas internacionales” (Axel Buchheister, La Tercera, 20 marzo, 2016). “Chile ha tomado la iniciativa mediante una nueva demanda contra Bolivia (por los manantiales del Silala) con el propósito de no perderlo todo. No tiene duda, a pesar de sus pesares, que Bolivia tiene razón en cuanto a los bofedales, pero mantiene la demanda con la intención de obtener (aunque sea) una recompensa pírrica y salomónica en el asunto del Silala y cosechar así algún provecho. La posibilidad de tener un caso judicial consentido en el tema del Silala, asegurando mientras tanto el uso gratuito del agua, debería ser interpretado por la opinión pública chilena como un retorno de iniciativa por la cancillería, en respuesta al contrapunto verbal con Bolivia. Chile de esa forma cierra así definitivamente la fase de negación en relación con la existencia de temas pendientes con Bolivia y a su judicalización en esta Corte”. (Abel Garfias, 13 julio, 2016 - Instituto de Estudios Políticos y Estratégicos).

“Si La Haya dice voy a aplicar la equidad… estamos fritos, la corte podría argüir que nosotros tenemos casi 4.500 kilómetros de costa y Bolivia no tiene nada, que no afecta el crecimiento de Chile, entonces sería “equitativo” darle un pedazo. Negociamos con Bolivia a pesar del tratado de 1904 una salida al mar muchas veces en un siglo porque hay una gran cantidad de intelectuales chilenos que creen que los asuntos con Bolivia deben tener un final feliz. Si la corte determina que Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia, no está impugnando la validez del tratado de 1904. Bolivia negociará el acceso al mar independientemente del tratado. Son dos líneas paralelas. Para los jueces de la corte Bolivia es el país agredido y el territorio pobre, que pierda o gane tendrá otros escenarios para demandar a Chile en el futuro” (Hugo Llanos Mancilla, ex miembro chileno de la Corte de Arbitraje Internacional de La Haya, Santiago, 29 de enero de 2014) .

“Bolivia no tiene derechos, los tratados son sagrados, la herencia de sacrificio, sangre, sudor y lágrimas derramadas en la guerra que enfrentó a chilenos, peruanos y bolivianos no puede ser mancillada con la entrega de territorio patrio”. (Pablo Jofre - Diario U Chile , 6 de septiembre de 2015). Pero al mismo tiempo dice negociar con Bolivia hace 80 años. La más reciente misión en Europa del senado chileno aseguró que “Chile está negociando por décadas y de, buena fe, el tema de la demanda marítima”, sin explicar específicamente qué es lo que se negocia, dónde ni cuándo. “Chile lleva 70 o 80 años negociando, de buena fe, siempre ha estado dispuesta a seguir haciéndolo”, Andrés Allamand, (La Tercera, 30 de noviembre, 2015). “Si la corte termina diciendo que estamos obligados a negociar, estamos a un centímetro de que nos obliguen a hacer concesiones. Algo estamos haciendo mal en La Haya. Nuestros abogados dicen siempre que tenemos toda la razón, pero los jueces afirman siempre lo contrario”. (Andrés Allamand, La Tercera, 27 de septiembre, 2015). “Acostumbrado a forzar a sus vecinos más allá de toda razón para imponer sus condiciones, esta vez Chile tiene demasiado que perder y puede perderlo” (senador Alejandro Gruller CNN Chile, 26 septiembre, 2015). “De suceder el fallo adverso Chile hará lo imposible para que dicha negociación nunca suceda o para empantanarla otros 100 años si llegara a iniciarse. Lo único que habrá cosechado la cancillería hasta entonces serán los dos fallos adversos a Chile ya emitidos por la corte, además de una campaña verbal boliviana, hiriente y corrosiva para la imagen de cualquier Estado” (Abel Garfias, Crisis Interna Debilita Política de Estado Frente a Bolivia, 4 julio 2016).

“Si los tratados de límites no son negociables (que ha sido la posición intransable de Chile) ¿Por qué 15 magistrados extranjeros, asentados en la capital de Holanda, a cargo del máximo tribunal de Naciones Unidas, revisarán las razones de bolivianos y chilenos tomando una decisión que efectivamente podría alterar lo que para Chile jamás era negociable? Chile, al respecto, ha tenido una posición tajante, inamovible, carente de matices: Los límites no se negocian. Posición que puede ser mantenida si el tango se bailara de a uno y no existieran instancias, como La Haya, que te pueden sacar del equilibrio”. (Fernando Paulsen, El Mostrador. Santiago, 15 de abril, 2015).

“La Haya es la oportunidad de pensar a nuestros pueblos unidos (Bolivia, Perú y Chile) y decirle adiós a discursos y soflamas trasnochadas y chauvinistas. Si no es así, que alguien nos pille confesados”. (Pablo Jofré Leal, Diario U. Chile, 7 diciembre, 2012).

Así miran desde Chile el complejo asunto de la Corte Internacional de Justicia, los argumentos, las contramemorias, réplicas y dúplicas han concluido por ahora. Es hora de apegar a ambas partes a los buenos oficios, a los buenos modales y a la buena fe.

Nos separa solo una línea geográfica a la que llamamos frontera, en ambos lados habitamos pueblos hermanos y vecinos inseparables.

El autor es médico, estudioso en temas históricos y diplomáticos.