Por Edwin Conde Villarreal
• El Horizonte Formativo dejó rastros importantes en varios sitios arqueológicos en la región circunlacustre del Titicaca
Durante el período Formativo Tardío se establecieron muchos centros importantes en la región que rodea al lago Titicaca, uno de ellos es el sitio arqueológico de Khonkho Wankane que presenta evidencia, sobre su naturaleza y probablemente la función que tenía un centro ceremonial, destinado a la preservación de restos humanos, la hipótesis científica se sustenta con el estudio de la iconografía de los monolitos que representan a personas sin articulaciones y exponiendo sus costillas, también se descubrieron fragmentos de grandes ollas y restos óseos humanos con remanentes de cal viva.
Los científicos Scott Smith y Maribel Pérez consideran que el sitio de Khonkho Huancane apareció –entre el 200 a.C. (antes de Cristo) y el 500 d.C. (después de Cristo)– de “una forma abrupta en el mapa del altiplano, pero significante en cuanto al desarrollo de una tradición ritual-religiosa que involucraba la preparación y conservación de restos humanos con el empleo de la cal viva”. Ambos investigadores disertaron en el conversatorio magistral denominado “El período formativo en la región de Machaca y el río Desaguadero” organizado por el Instituto de Investigaciones Arqueológicas Antropológica de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
“Es probable que los restos humanos que debían ser preparados para su conservación correspondían a ancestros que provenían de diferentes lugares como de Tiwanaku –que estaba en pleno proceso de desarrollo–, de los valles, de la región del norte y del Amazonas”, dijo Maribel Pérez y remarcó que el sitio de estudio es un ejemplo clave de la “complejización” de las culturas y su desarrollo en el período del Formativo Tardío.
El Horizonte Formativo dejó rastros importantes en varios sitios arqueológicos en la región circunlacustre del Titicaca como restos líticos correspondientes a lascas, raederas, hachas de mano y puntas de lanza. Milenios más tarde la ribera del lago sagrado fue ocupada intensamente por poblaciones humanas de carácter sedentario con centros que dominaron la elaboración masiva de la alfarería, la domesticación de plantas, la crianza de camélidos y la creación de esculturas de bloques líticos con motivos zoomorfos y antropomorfos conocidos como monolitos.
RESTOS HUMANOS
En relación a los monolitos de Khonkho Huancane ubicado en el cantón Machaca, dentro de la provincia de Ingavi del departamento de La Paz, Pérez aseveró que “todos los monolitos presentan iconografía, y que anteriormente ya se han hecho varios estudios importantes por otros arqueólogos acerca de la representación e iconografía de todos ellos”. Pero, el monolito “Jinchun Kala” –destacó la científica– representa, según nuestro entender, el proceso ritual que involucraba la conservación de restos humanos ancestrales, mediante el uso de cal viva como agente “purificador” removiendo la carne del hueso humano y también como elemento de parafernalia usado en pequeñas cantidades para activar un efecto alucinógeno en las personas y que era extraído de la planta llamada willka (o vilca, huilco, huilca, cebil o angico), la especie llamada Anadenanthera colubrina .
Explicó que en la parte posterior del monolito se observan dos figuras humanas “dirigiéndose” hacia la cima del propio monolito que probablemente es la representación de una montaña y al mismo tiempo la representación del sitio de Khonkho Wankane, luego las mismas figuras humanas están “bajando” por los costados laterales de la escultura lítica exponiendo sus costillas y aparentemente desarticulados. “Los monolitos son una forma de registro de las actividades e historia de la naturaleza que tenía el sitio”, agregó.
Ambos investigadores forman parte del Proyecto Arqueológico “Jacha Machaca” que nació el 2001 y que fue dirigido por John Janusek y financiado por varias instituciones como la Universidad de Vanderbilt de Estados Unidos, la National Geographic, la National Science Foundation, además de otras instituciones. Trabajaron por ocho temporadas en el proyecto excavando y analizando materiales arqueológicos junto a otros expertos.
Sobre el uso de alucinógenos, los investigadores definieron que su uso fue muy común en épocas prehispánicas, no sólo en los Andes, sino en áreas selváticas de donde proviene la mayoría de esta clase de plantas. “Hay evidencia de su uso durante el Período Formativo, así como también posteriormente; Tiwanaku, Inca, señoríos regionales (aymaras) hasta la actualidad en algunas poblaciones del oriente”, dijo la científica boliviana.
CENTRO CEREMONIAL
El experto Scott Smith plantea que existió una planificación espacial entre Khonkho Huancane y Tiwanaku, ya que se trataba de dos puntos rituales y sagrados, pero que al final el segundo surge más que el primero. “En el rito ceremonial religioso que se cumplía en el centro de Khonkho Huancane y en el que se empleaba el uso de alucinógenos se removían los restos de carne y se conservaban los huesos intactos con el empleo de la cal viva”, dijo Smith y reveló que otra prueba de ello es la gran cantidad de huesos de manos –que al ser muy pequeños caían al suelo– que se encontraron en el lugar.
Mientras que Pérez asume que esta clase de tradición –de la preparación y conservación de los restos humanos con el uso de cal viva– parece algo fascinante que pudo originarse desde el principio de sus orígenes de Khonhko Huancane, pero que también puede ser posible que esta clase de ritual haya sido traído de otras regiones.
RÍO DESAGUADERO
Uno de los factores importantes para el éxito de Khonkho Huancane –concluyeron los científicos– fue el cambio climático, ya que el descenso del nivel del río Desaguadero al final del período Formativo Medio obligó a las caravanas a buscar áreas alternativas de paso y de acopio de agua. Éstas estaban ubicadas “tierra adentro”, cerca de las faldas de las cadenas montañosas donde corren pequeños riachuelos de los nevados, que en el caso de Khonkho Wankane sería el cerro Kimsachata. Los investigadores tienen previsto continuar con sus estudios en el cerro Chijcha ubicado en la comunidad del mismo nombre en el municipio de Jesús de Machaca donde se evidenció que existió una ocupación que data aproximadamente desde el Período Formativo Medio (800–200 A.C.) hasta el Período Inca Pacajes (1450–1532 D.C.). La extensión y la densidad de la ocupación, particularmente durante los períodos Tiwanaku (500–1100 D.C.) e Inca Pacajes, sugiere el sitio fue un lugar ceremonial importante de esa región. (CienciaBolivia)
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