Ante el aplauso de los asambleístas oficialistas y la rechifla de los opositores, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, salió con el voto de confianza del pleno de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), instancia que lo convocó a un proceso interpelatorio ante las denuncias de supuestas irregularidades al interior de la Dirección General de Registro, Control y Administración de Bienes Incautados (Dircabi).
Bastó los dos tercios del Movimiento al Socialismo (MAS) para que Romero salga sin complicaciones del hemiciclo parlamentario tras contestar las 70 preguntas planteadas por la senadora opositora Carmen Eva Gonzales, interpelante en la sesión.