Dos expresidentes de la República han decidido aceptar el desafío presidencial para visitar las comunidades del Tipnis, que seguramente se realizará conforme corresponde a dos exmandatarios del Estado que deben gozar de las seguridades y garantías que corresponde y, sobre todo, que su visita sea sin limitación alguna, que efectivamente puedan establecer personalmente la realidad de esas regiones.
Son muchos los sitios importantes del Tipnis, especialmente los lugares en que ya se hizo avances importantes en la construcción del camino Villa Tunari-San Ignacio de Moxos y que, en los propósitos del gobierno, “de todos modos debe atravesar el territorio” que es reserva nacional y no se la debe dividir. La visita tendrá que extenderse por todas las regiones en las que cocaleros del Chapare se han asentado con el exclusivo fin de cultivar coca que, es de conocimiento general, solamente serviría para fabricar cocaína.
El espíritu, talla moral y experiencia profesional de ambos mandatarios es garantía suficiente de que ellos, en planos de equidad y ecuanimidad sabrán valorar realmente lo que ocurre en una región que es de vital importancia para el país, porque es reserva nacional y, como tal, patrimonio de la humanidad; es asiento de muchas comunidades de indígenas que ya hicieron su vida desde hace muchas generaciones viviendo de la caza, la pesca, el cultivo de artículos alimenticios y frutas; además, realizan trabajos de artesanía que es preciso fomentar para que los turistas que lleguen puedan adquirirlos y mostrar en el exterior la calidad de esos trabajos.
Las muchas comunidades del Tipnis necesitan escuelas, colegios, hospitales y centros de salud que actualmente tienen, pero en forma rudimentaria; habrá que construir viviendas para maestros, iglesias, centros cívicos y sitios de esparcimiento para los niños. Con el tiempo, una vez lograda la infraestructura precisa, tendrán que haber asentamientos que incluyan médicos y otros profesionales que contribuyan al desarrollo.
Es, pues, de gran importancia que dos expresidentes de la República visiten la región y, si el desafío presidencial es sincero y tiene los mejores propósitos, podrá aceptar también las sugerencias de ambos personajes para construir las obras que se requiere y, sobre todo, para suprimir los cocales ya existentes en muchas hectáreas, prohibiendo más cultivos, cuyas tierras tendrán que ser aprovechadas para frutas, tubérculos, hortalizas y productos que pueden tener mucho mercado. Habrá que establecer cuál es el papel que juega la Fuerza Fluvial y Lacustre asentada en los ríos y cómo podría contribuir al desarrollo y no ser, como en precedentes días, solamente fuerza de represión contra los reclamos de los habitantes de las comunidades asentadas en tan importante reserva que es gran esperanza para la humanidad.
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