Compra de helicópteros, un dispendio contra el país

El gobierno, mientras duró el auge de los altos precios del gas, gastó a manos llenas; hoy que los ingresos han bajado notablemente ha recurrido a cobrar impuestos rezagados, con su consiguiente cuota de multas e intereses; ha contraído préstamos en organismos internacionales y en China; ha decidido, por otra parte, permitir que el contrabando se incremente aunque se trata de una acción ilegal y, finalmente, inmerso también en aprobar lo indebido, permite que aumenten los cocales que solo servirán para fabricar más droga; pero lo más grave es que incursiona en campos de compras y adquisiciones que no corresponden y que están muy lejanas de las posibilidades.

Un dispendio inútil es, por ejemplo, la compra de seis helicópteros chinos, por lo que se pagó 108.729.121.28 dólares, una fortuna que, además, según las propias informaciones oficiales, habrían sido vanas porque esos helicópteros no sirven, no están debidamente habilitados para prestar servicios de socorro, como lo que precisaba en el incendio producido en Sama, Tarija; tampoco sirvieron para un desfile militar al que solo asistieron dos porque los demás “están en reparación”. Se trata de una adquisición sin el cupo correspondiente de repuestos y tampoco con las garantías debidas.

La población se pregunta: Si el país ya contaba con este tipo de aeronaves, ¿por qué no se las utiliza en situaciones de emergencia? ¿Cuáles son las condiciones en que fueron adquiridas? ¿Se ha hecho las licitaciones correspondientes y cuentan con el mantenimiento debido que debe consignarse en las boletas de garantía? ¿Por qué en tan poco tiempo algunas de esas naves ya precisan reparaciones? ¿Para qué fueron entrenados muchos mecánicos y pilotos que velen por su buen funcionamiento? Lo grave es que para responder a estas y otras preguntas, no hay autoridad, civil o militar, que pueda decir algo y menos explicar detalles y otros elementos de juicio.

La verdad es que el país precisaría informes muy claros, definitivos y ciertos sobre la situación de las naves -aviones y helicópteros- que posee la Fuerza Aérea y cuántas están a cargo de Transportes Aéreos Militares que, se dice, siguen prestando servicio, aunque no con todas las regulaciones precisas para este tipo de aviación comercial en que se habría convertido la fuerza aérea militar. Cabe recordar que en septiembre de 2014 el Presidente entregó seis de este tipo de naves al grupo “de caballería” aérea; pero hasta ahora nadie informa sobre su uso, reparaciones, mantenimiento, entrenamiento de pilotos ni ningún otro dato que permita tener conocimiento de realidades que la comunidad nacional debería saber y, si es posible, entender debidamente. El gobierno, por propia responsabilidad, debería exigir verdad, precisión y mucha honestidad en el manejo de este tipo de negocios del Estado que no pueden ni deben ser secretos.