Hugo Vargas Escóbar
En tiempos en que la humanidad se ha alejado tanto de Dios y formas de vida secularizada se propagan por doquier, nuestra misión es muy importante; debemos ser sal y levadura, luz que alumbra el camino. Para ello es necesario que los habitantes de aquella ciudad tan importante y sus sacerdotes se acerquen más a Dios. El que escribe esta nota ha estado últimamente comprobando que a las misas de las 7:30 p.m. concurren no más de unas cinco personas y contando con la madre Superiora del Colegio Juan XXIII, que es quien ayuda a la misa. Ya no hay misas los días martes ni miércoles y hay noches en las que ya no suenan las campanas pequeñas de bronce de esa iglesia. La campana principal se la han llevado padres de otra congregación.
Los Padres Seminaristas de Espada han olvidado recordar siquiera con una misa el aniversario de Santa María Magdalena, quien secó los pies de Jesús cuando la salvó de morir apedreada. Su aniversario era en julio. Es necesaria una sana independencia de nosotros mismos, una santa libertad de acción, liberándonos de todo aquello que intenta atarnos, de valores limitados y pasajeros.
Muchos de los hijos de Sorata no podrán asistir a su festividad porque se festejará nuevamente sólo el jueves 14 de septiembre, día laboral y no como hace dos años, cuando se adelantó la celebración para sábado y domingo, facilitando la concurrencia a esta fiesta patronal.
Algunos de sus hijos llegan a Sorata sólo para la Santa Misa y retornarán de inmediato a sus lugares de residencia porque trabajan. Dicen las tradiciones que aquellos que se acercan al Santo, jamás pueden olvidar su mirada inundada de paz y de esperanza.
Las autoridades municipales y su Alcaldesa, a quienes debemos agradecer, están empeñadas en arreglar muchas vías, como las calles 14 de Septiembre, Esquivel y Sucre, la plazuela Obispo Bosque, la calle de ingreso al complejo Deportivo de Sorata, denominada recientemente “Los Ceibos”. El Cementerio actualmente tiene otro aspecto, gracias a la renovación de mausoleos. La entrada al pueblo felizmente la van a pavimentar en su primera fase. Sin embargo son muchas más las necesidades que tiene Sorata, como la construcción urgente de una Terminal de Buses; la pavimentación del camino de salida del pueblo hasta la calle las Herrerías; el asfaltado del camino a la Gruta de San Pedro; un camino que llegue a las alturas de Colani, frente al coloso Illampu, donde existe un lago; un camino carretero bordeando el río San Cristóbal, hasta el Seminario de Espada, donde se podría construir hoteles, etc. Similar al que existe en el camino a Coroico, junto al río Yolosa o como el que existe en el valle de Mecapaca.
Sorata ya no es el Paraíso Terrenal que describió Hemeterio Villamil de Rada en su libro La Lengua de Adán. Esta obra, recientemente renovada y publicada gracias al Vicepresidente de la República, se la puede comprar en el Senado Nacional por la módica suma de 40 Bs el ejemplar.
Los sorateños debemos volver al terruño que nos vio nacer para confraternizar, porque en la actualidad, en un día común no se encuentra ni a un conocido con quien hablar.
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