Droga y estadísticas

Las cifras sobre el negocio que maneja la transnacional de la droga acaban de ser actualizadas por el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), que de estadísticas algo sabe.

Según Siglo 21 de esta semana, un informe especializado del organismo sitúa el monto de este negocio global entre 426.000 millones y 652.000 millones dólares por año.

Es, de todas las actividades pecaminosas del mundo, la más lucrativa. La minería ilegal apenas llega a 48.000 millones de dólares, según las cifras de Finanzas y Desarrollo, en su capítulo Global Financial Integrity.

Las estadísticas del FMI no entran en detalles políticos, por supuesto. Pero han tenido la tentación de analizar cómo grupos internacionales de delincuentes se asocian con militantes (políticos) para hacer que el negocio aspire a un estatus, se mezcle con las elites, o tome el poder político y se codee con las monarquías.

El Foro Económico Mundial dice que las organizaciones delincuenciales llevan la delantera a las instituciones de Estado. Marcan el paso. Algo de lo que había hablado Peter Andreas en un estudio sobre la economía ilegal. Los mecanismos de los Estados siguen el paso a las actividades ilegales y, al hacerlo, se fortalecen, crean músculos y avanzan. Lo que no hizo es predecir el futuro de los Estados que no son capaces de pisar los talones a las organizaciones ilegales, como es el caso de Bolivia, donde el Estado tiene la tentación de rendirse.

Si el Estado es incapaz de seguir las huellas de las organizaciones criminales, tiene algunas opciones, como capitular, entregarlo todo, rendirse, o someterse por partes.

Y así llegas a situaciones como la de Somalia, donde las organizaciones ilegales decidieron que el Estado era un estorbo y lo anularon; o la de Afganistán, donde el Estado está reducido a su más mínima expresión, o en México, donde el territorio es disputado por las mafias… o en Colombia, donde las mafias decidieron jugar a la política.

Salvo que desees ceder el control del Estado a la mafia. Entonces tienes que mirar para otro lado cuando te violan. Y, si puedes, tienes que sonreír. Tienes que aceptar lo que te imponga la mafia. Has renunciado a toda tu capacidad de resistencia. Te has entregado.

Eso ya es lo que está pasando ahora.

Vacaflor.obolog.com