“No hay acceso a los hoteles hasta nueva orden” fue la respuesta de los trabajadores cubanos de las instalaciones turísticas de Cayo Santa María, devastado por el huracán Irma el pasado fin de semana. El fenómeno, entonces de categoría 5, se quedó parado durante 12 horas entre ese cayo y el municipio de Caibarién, en la provincia central de Villa Clara. Vientos huracanados de más de 250 kilómetros por hora causaron graves daños a los once hoteles en funcionamiento y ocho en construcción del Cayo Santa María. El aeropuerto de Jardines del Rey, próximo a la llamada cayería del norte de Cuba, quedó totalmente destrozado y se desconoce cuándo se podrán reanudar los vuelos.
En Villa Clara se teme que el número de muertos supere la decena anunciada por el Gobierno. Cuatro guardias de seguridad de un hotel del Cayo Santa María seguían desaparecidos ayer y las dos personas que cuidaban casas de veraneo en la playa de Nazabal (Encrucijada) podrían haberse ahogado.
Además, se teme también que más del 50 por ciento de la siembra se haya perdido.