Ante la crisis por la que atravesamos y que durará aún mucho tiempo, en lugar de buscar y aplicar paliativos, se tiende a crear más dificultades por diversas medidas contrarias a cualquier economía. Es decir que se hace lo contrario a tratar de crecer y solucionar problemas. El caso es grave porque se encuentra que en el día a día de la vida nacional, los problemas que se presentan son varios y peligrosos.
Hay una especie de “producción masiva de dificultades” que sería largo detallar; pero entre las principales se podría citar: El incremento masivo del contrabando, que las autoridades no pueden -o no quieren- parar porque, para empezar, continúa el ingreso de automotores de toda marca y modelo. Dichas autoridades, atenidas a una “pronta legalización” de esos vehículos (“nacionalización” dicen los justificadores del delito), hacen “la vista gorda”, no obstante declaraciones en sentido del “nunca más” que se repite en el diario vivir.
El contrabando infiere serios daños a la economía, se trate del ingreso de mercaderías o de salida (entre ellos carburantes) que se produce a través de fronteras donde no se ejerce control. Otro problema es la permisividad ante la elevación permanente de precios de productos indispensables, como es el caso de medicamentos y artículos de primera necesidad.
El último daño a la industria nacional y al país está en el hecho de haberse aumentado el precio del gas para este sector en aproximadamente un 50%, hecho que afecta a los costos y, por ende, al precio de la producción manufacturera que, al llegar al mercado para su venta sube no solamente en la proporción del 50% sino de mayores porcentajes que el pueblo, por necesidad, se ve obligado a pagar.
El gobierno anuncia muchas veces la adopción de medidas tendentes a apoyar a la industria, al comercio legal, a la actividad libre de profesionales, a la creación de empleo, etc., etc.; pero no cumple con lo prometido porque las actividades tanto industriales como comerciales y de cualquier índole se ven constreñidas y frente a problemas impositivos y controles muchas veces ajenos a las leyes, que en casos dependen de la decisión de funcionarios de la enorme burocracia gubernamental, que maneja las disposiciones legales de acuerdo con intereses creados y hasta interpretaciones caprichosas.
Entre lo que se debería hacer para evitar los frenos a la economía está el hecho de no colocar “bonos” en países y bancos de dudosa solidez financiera, como es el caso de El Salvador, donde se colocó 200 millones de dólares que están en duda de ser recuperados. Otra medida, resolver los casos de las barcazas chinas que tienen un rosario de promesas sobre lo que se dice que se hará y nunca se hace; finalmente, poner en algún orden las inversiones, generalmente indebidas, que se hizo en empresas que nunca funcionan; es preciso restringir los gastos del gobierno, evitando inclusive aquellos que son innecesarios, como construcciones faraónicas que no tienen razón de ser y, como corolario, evitar nuevas contrataciones de personal pensando solamente en las conveniencias partidarias.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |