COMUNICABILIDADES
Todos los días vemos en las calles, en los centros de comercio y en las oficinas a jóvenes y adultos con la mirada puesta en su Smartphone, ajenos a lo que sucede en su entorno físico, pero atentos a su entorno virtual.
Somos (aparentemente) la sociedad del conocimiento, donde la omnipresente información convierte a las personas en sujetos más informados, capaces de entender el mundo y con más opinión propia.
Pero… ¿es esa la realidad?
Si observamos a cualquier persona concentrada en su celular, nos daremos cuenta que no está investigando ni leyendo informaciones, está chateando, revisando los últimos posts o mirando fotografías.
Así que no idealicemos a nuestra colectividad como la “sociedad del conocimiento” por el simple hecho de que el conocimiento está al alcance de todos. ¡No es suficiente!
Se puede obligar a un caballo a ir a un estanque… pero no se lo puede obligar a beber agua.
Se puede poner a disposición de todas las personas muchas fuentes de información, pero no se las puede obligar a beber del conocimiento.
Más que sociedad del conocimiento, somos una sociedad del desconocimiento. Desconocemos lo importante por pensar en lo urgente, ignoramos a los presentes por estar conectados con los ausentes, dejamos esperando a quien nos espera… pero jamás hacemos esperar a quien acaba de mandarnos un WhatsApp.
Acumulamos contactos en nuestras redes sociales, pero desconocemos quiénes son. Consumimos información, pero desconocemos su autenticidad. Compartimos todo lo que llama nuestra atención, pero desconocemos su valor real. Sí, señores, ¡Somos la sociedad del conocimiento!
(*) Director ejecutivo de Xperticia. Empresa de Capacitación y Asesoramiento en Comunicación.
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