Sangre y heces se descargan sin control al río Choqueyapu

El Centro Municipal de Faeneo diariamente sacrifica entre 70 a 100 reses que generan cerca de cinco mil litros de sangre y centenares de kilos heces que son vertidos al río Choqueyapu, generando un grave problema ambiental y degradación de ese afluente cuyas aguas se dirigen a chacras productoras de alimentos y hortalizas en la zonas bajas de la ciudad, afectando igualmente a municipios colindantes.

La falta de una planta de tratamiento de aguas servidas del matadero municipal no afecta sólo al río, sino también a los vecinos, quienes se quejan por la falta de acciones de la municipalidad para mitigar estos efectos a través de mejoras a la añeja infraestructura que data de 1932 y ofrecer un mejor servicio a la ciudad.

Durante un recorrido efectuado por EL DIARIO a la zona de Achachicala, lo vecinos se quejaron por la falta de atención a su barrio, pero sobre todo advierten el peligro medioambiental y la persistente contaminación que sufre el río y las viviendas en sus alrededores por ser depósito no solo de la sangre de los animales que se sacrifican en el matadero, sino porque también se depositan en su lecho restos de canes muertos y abundante basura.

TESTIMONIO

“Vivo 30 años en esta zona, por la cancha del matadero y veo todos los días cómo grandes cantidades de ganado llega hasta este lugar. No hay mal olor, pero si se puede ver cómo la gran cantidad de sangre de los animales es echada al río, basura y perros muertos. Esa es nuestra preocupación como vecinos”, testimonió Jesusa Alcocer, vecina del lugar.

COMPROMISO INCUMPLIDO

En agosto pasado, en una declaración que hizo el alcalde Luis Revilla, anunció que se realizaría un proyecto de mejoramiento del Centro Municipal de Faeno con la instalación de una piscina de tratamiento de aguas residuales contaminadas y así evitar que miles de litros de sangre de las reses sean vertidos a las aguas del Choqueyapu.

El Centro no cuenta con un programa de manejo adecuado y disposición de residuos líquidos, según se pudo evidenciar durante un recorrido realizado por el equipo de prensa de El Diario a los alrededores de la precaria infraestructura.

TUBERÍA

Una tubería de alcantarillado pluvial de gran capacidad conecta el corral de faeneo de las reses hasta las márgenes del río donde se descarga la sangre. Si bien el matadero cumple con las normas de buenas prácticas de faeneo, ambientes limpios, las sierras mecánicas, vertederos y cámaras conservación, es urgente contar con un sistema de tratamiento de esas aguas altamente contaminadas, tanto por la sangre y otras sustancias propias de los animales.

Las aguas de color café del río Choqueyapu, a la altura del matadero se tiñen de rojo intenso producto de las grandes cantidades de sangre que se derraman sin ningún control. Río abajo se mezcla con otros contaminantes de las fábricas que se encuentra en esa zona industrial.

SENASAG PROHIBIÓ INGRESO

Inexplicablemente, y a pesar de insistir, EL DIARIO no pudo ingresar a la infraestructura del matadero municipal y constatar otros procesos del faeneo en razón a la prohibición de parte de las autoridades del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), que eviten publicar fotografías, arguyendo, que las mismas “pueden dañar la sensibilidad de las personas”.

Ante estas limitaciones, los periodistas de nuestro matutino tuvieron que recurrir a otras fuentes de información y entrevistas a los vecinos, quienes criticaron las precarias condiciones del faeneo y denunciaron no solamente el daño medioambiental que causa el municipio, sino que expone a la población circundante a la emanación de malos olores y la presencia de altos niveles de contaminación del río Choqueyapu.

PROCEDENCIA

Los vacunos que a diario ingresan al matadero municipal en camiones no aptos para soportar largas travesías, provienen desde las ferias del altiplano y valles, principalmente de las poblaciones de Lahuachaca, Punata, Laja, también del oriente de país, Beni, y del norte del departamento.

El traslado de los animales deja mucho que desear porque las largas travesías generalmente provocan una pérdida de peso en los ejemplares. El transporte es fatigoso para los animales que deben apearse de los vehículos cada cierto tiempo de viaje para hidratarse y alimentarse.

Toda la carne que se produce abastece los mercados de la ciudad de La Paz y su área de influencia de acuerdo con un plan de suministro que empieza por las zonas de El Tejar, Cementerio, Buenos Aires, mercados, Uruguay, Strongest y Bolívar, continuando a otros centros de abasto de la capital.