Misicuni, el gran proyecto que solucionaría el problema del agua para la ciudad de Cochabamba, conjuntamente sus áreas rurales, desde hace muchísimos años confronta dificultades que se hacen insalvables. Todo muestra que no hay técnicas, ni ingenieros geólogos, hidráulicos, mecánicos ni de alguna otra especialidad que puedan encontrar remedio a situaciones que implican, casi periódicamente, la presencia de problemas que, conforme pasa el tiempo, se hacen irremediables.
Luego de cada accidente y su correspondiente reparación, en la práctica todo resulta provisional o simple “parche” para salir del momento y mostrar que, “finalmente, se hizo algo positivo”, se producen festejos y satisfacciones de toda naturaleza; pero, puesta en funcionamiento la planta respectiva en cualesquiera de sus secciones, se presentan problemas que son graves y que muestran, a la vez, que todo lo que se hizo es experimentar para “ver si esta vez resultan los remedios que nunca remedian nada”.
Misicuni es una esperanza no solamente del departamento de Cochabamba sino del país, porque su éxito implicaría sentir que hay técnicas depuradas, que sus técnicos e ingenieros con múltiples especialidades y capacidades son capaces de solucionar hasta los accidentes más graves, lo que serviría para emprender trabajos similares en cualquier sitio del país; pero los hechos muestran como “misión imposible” el que se concreten obras de gran envergadura y que garanticen la provisión de agua o, en otros aspectos de infraestructura, logren éxitos en bien de comunidades necesitadas de vencer urgencias de obras precisas y necesarias.
Muchas veces se ha sostenido la urgencia de que tanto los directores de la empresa como sus técnicos den explicaciones precisas, coherentes, francas y responsables sobre la realidad de Misicuni y cuáles podrían ser las perspectivas de solución para los diversos problemas que confronta; pero existen comunicados, conferencias de prensa, explicaciones y anuncios sobre supuestas medidas que no alcanzan resultado positivo alguno; la consecuencia: otra vez reventón de válvulas, fallas estructurales, carencia de obras precisas y que parece recién han sido detectadas. En fin, las explicaciones y comunicados nada aclaran y todo queda en simples promesas y suposiciones. Parecería que lo poco que se hace se lo realiza para “contentar a la población y es un medio para figuración de algunas autoridades que se jactan de los éxitos alcanzados” y que en la realidad son nuevos fracasos.
Es preciso que el caso Misicuni se resuelva con base en la verdad, la honestidad y la responsabilidad, porque ya no caben las “salidas de momento” que sólo complican los problemas y siembran más frustración y desesperanza en la población. ¿Serán posibles conductas responsables y definitivas?
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |