Como prolongación lógica de lo que ocurre desde hace tiempo con la economía del país, el pequeño comercio callejero prolifera en ciudades grandes del país, como una marea que avanza en forma incontenible y que abarca a todos los barrios urbanos.
Todas las aceras de la ciudad de La Paz han sido invadidas por vendedores de toda clase de artículos extranjeros y nacionales, pero, en especial, del contrabando tipo hormiga o tipo elefante. Se puede decir que en La Paz hay más vendedores pequeños que compradores y, además, están organizados en un poderoso gremio que dicta, con sus medios de presión, medidas que se impone como leyes independientes de los mecanismos estatales.
El pequeño comercio estaba concentrado en barrios de la zona norte de la urbe. Sin embargo, empezó a difundirse a lugares próximos y al presente ya sobrepasó San Francisco, las avenidas Santa Cruz y Camacho, el Prado y llegó a Sopocachi y calles aledañas. No hay cuadra donde no se hayan establecido cinco o más vendedores.
La ciudad de La Paz es, al presente, un inmenso mercado (algunos llaman “chino”, “persa” o “de pulgas”) dedicado al comercio de mínima cuantía. No hay espacio, puerta o grada donde no estén sus “puestos”. Es más, sus precios son más altos que los del mercado grande y el comercio legal, pese a que lo que venden es de menor calidad, en condiciones sanitarias mínimas, sus propietarios no pagan impuestos, etc. Más aún, sigue creciendo este sector.
Este pequeño comercio es resultado del estado de subdesarrollo de la economía del país, la misma que ya no produce, sino únicamente está dirigida al intercambio. Enlaza la producción con el consumo. Su carácter y su forma están determinados por el sistema de producción, es decir que a pequeña producción, pequeño comercio.
Entre estos comerciantes, organizados en un poderoso gremio, existe intensa competencia y es más encarnizada. Unos se empobrecen y otros se enriquecen porque no tienen otra forma de encontrar cómo ganar algún dinero para el sustento del día. Junto a ellos, han aparecido los pequeños productores, ex campesinos, mendigos, vendedores ambulantes y toda clase de personas que han pasado a formar un “lumpen proletario” que es reclutado por una política bonapartista del oficialismo, con objeto de atemorizar a la oposición.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |