Volver a pensar

Es el título de un libro compacto, que tiene contribuciones de 10 intelectuales bolivianos inquietos por lo que acontece en el país y ansiosos de hacer conocer sus iniciativas que pueden servir para cambiar el país, ya que estamos en el periodo de Tiempos de Cambio. El grupo forma parte del Colectivo “Fuerza Ciudadana”. La presentación de este documento la realiza el conocido periodista Raúl Peñaranda, quien titula su aporte como “imaginando el escenario del post evismo”. Resulta evidente que, habiendo ya el actual Presidente batido todos los records históricos de permanencia en el poder, es imprescindible formular iniciativas para plantearse opciones de acción hacia el futuro inmediato.

Dada la imposibilidad de abarcar todos los temas tratados en este pequeño volumen, hoy me referiré de manera breve, por supuesto, al primero de los trabajos que aparecen en el mismo, que es el de Diego Ayo: “Una evaluación de una década de Evo Morales ¿Qué hay más allá?”.

Para explicar su razonamiento de manera resumida, Diego plantea dos esquemas que titula: 1) Modelo de capitalismo “de caras conocidas” o turbocapitalismo”, esto es, un modelo que funciona como una turbina, la cual se descompone en cuatro campos (sic):

- El campo institucional (que responde a la pregunta “quién gobierna en Bolivia”).

- El campo político (que responde a la pregunta “cómo es que lo hace”).

- El campo fiscal (que responde a la pregunta “con qué recursos lo hace”).

- El campo del desarrollo (que responde a la pregunta “cuáles son los efectos” que los tres primeros campos tienen sobre el desarrollo.

En relación con la primera pregunta, la respuesta es contundente, al 2016, todo el anterior esquema institucional ha sido reducido al control por el Gobierno; los actores sociales institucionales han perdido toda capacidad de veto. Los actores internacionales han perdido toda influencia y los actores territoriales están en manos del Gobierno en ocho de nueve gobernaciones y en más de dos tercios de los gobiernos municipales, y los actores políticos de oposición resultan casi testimoniales.

En torno a la segunda pregunta: ¿Cómo lo hace? La respuesta es muy concreta: “a mis amigos todo, a mis enemigos nada”, entre dádivas y asfixia.

La respuesta a “con qué recursos lo hace”, es también simple, se hace todo lo que sea necesario con tal de conseguir los excedentes financieros que hagan funcionar a la élite y sus aliados.

La respuesta a “cuál es el efecto en el desarrollo nacional” en este caso es “privilegiar la circulación rápida del capital”, por lo tanto es enemigo de los fatigosos procesos de inversión industrial, científica o agraria. Se privilegia, como se ha hecho a lo largo de la historia económica nacional, el esquilmar la base de recursos naturales renovables y no renovables para proveer la liquidez inmediata. Este periodo hemos vivido sobre todo del gas, seguido de la minería, como se lo ha hecho durante siglos.

Como lo resume Diego, se vive una etapa de capitalismo “apurado”, en veloz carrera por llenarse los bolsillos de recursos, así sea pasando por alto “Requisitos medio ambientales”. Funciona la filosofía de “le meto nomás”, no hay norma ni procedimiento que valga.

La reflexión final de nuestro autor es la propuesta de un “modelo de capitalismo democrático”, que modifique las condiciones actuales de la forma de proceder y que, por tanto, queda como una propuesta utópica, hasta que se modifique este afán de reelección indefinida y se extinga la filosofía del “le meto nomás”.