Así comienzan las guerras

Lo ocurrido en España, tras un frustrado e ilegal referéndum promovido por grupos secesionistas que buscan la separación de la provincia de Cataluña, nos convoca a una seria reflexión sobre los motivos que pudieron alentar semejante disparate, pese a las innumerables exhortaciones realizadas para no cometerlos y a sabiendas que, de declarar unilateralmente la independencia, como si de un “Deja Vu” se tratara, basados en ese sainete estarían rebobinando la historia a julio de 1936, cuando asesinaron al militar socialista José del Castillo Sáenz de Tejada, crimen que, como retaliación, motivó el asesinato del diputado de Renovación Española, José Calvo Sotelo, y dio paso al inicio de la cruenta guerra civil española.

Tal como en las novelas policiales, es necesario preguntarse ¿A quién favorece la secesión de Cataluña de España, a priori rechazada, no solo por la Unión Europea y muchos países occidentales, sino por la gran mayoría de españoles que votaron abrumadoramente por la unidad de España, en la Constitución de 1978?

Es entonces cuando nuestras sospechas se orientan hacia quienes obtendrían un mayor provecho de la atomización de la unidad europea, así como del caos que se viene cerniendo en varios países del mundo occidental, especialmente aquellos de nuestra región, utilizando como armas: el populismo, el racismo y el narcotráfico, hábilmente encubiertas bajo un rancio socialismo que es utilizado como un disfraz doctrinario, y que solo conduce al caos y al desquiciamiento de sus sociedades.

Vladimir Putin, por su audaz incursión en Ucrania y Siria sin que nadie haya podido evitarlo; por sus intervenciones en los procesos electorales de los EEUU y de algunos países europeos y por el reciente ataque acústico a la embajada de USA en Cuba, está demostrando ser el fautor de estos hechos, en su calidad indiscutible de ser el único dirigente político con una gran eficiencia en el manejo de la inteligencia militar, fruto de su amplia permanencia al frente de la jefatura de la temible KGB soviética, antes de acceder a la primera magistratura de Rusia.

De ahí que no resulta aventurado señalar a este James Bond ruso y a su claro afán de resucitar al imperio zarista, del cual él ya se considera el nuevo Zar, como al principal protagonista de la polarización por la que vienen atravesando varios países del orbe, con escenarios de caos y violencia hábilmente explotados por este sujeto, mediante su innegable capacidad de proyección mediática.

La historia nos demuestra que para incendiar la paz, no necesariamente valen las razones de extrema gravedad, como la invasión de una nación a otra, o el ataque que los norteamericanos sufrieron en Pearl Harbor, para intervenir en la Segunda Guerra Mundial. Desde el rapto de una princesa que decretó la guerra de Troya; el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, que motivó la Primera Guerra Mundial; el resultado de un partido de fútbol que detonó la guerra entre Honduras y el Salvador, basta un hecho como el de Cataluña, como pretexto, para que mañana estemos al borde de una Tercera Guerra Mundial, lo que confirmaría la forma en que comienzan las guerras.