El dolor, una enfermedad conocida como “epidemia silenciosa”, afecta alrededor de tres millones y medio (33%) de bolivianos y repercute en más de una veintena de efectos adversos, cuando no es tratado adecuadamente y altera el rendimiento laboral.
El presidente de la Asociación Boliviana del Dolor (ABD) y presidente de la Academia Latinoamericana de Médicos Intervencionistas del Dolor, Marco Narváez, explicó que gran parte de los enfermos reciben un tratamiento insuficiente, ya que en la mayoría de los casos el dolor tiene cierta afectación en la calidad de vida, en la relación de su entorno familiar y social.