La planta de urea y amoniaco, recientemente inaugurada por el Gobierno, enfrenta tres aspectos determinantes: precios, mercado y su localización; estos elementos fueron objeto de análisis de dos prestigiosos especialistas en materia petrolera, quienes lamentaron la falta de mercado para su producción.
Carlos Miranda y Hugo del Granado advirtieron, por separado, que resulta preocupante que la planta no tenga mercados de exportación. Asimismo, expresaron sus dudas acerca de la rentabilidad del proyecto cuando los precios internacionales están deprimidos.
Ambos criticaron también la localización de la planta, que se encuentra a 300 kilómetros de la frontera con Brasil, que puede ser el mercado de la urea y amoniaco o servir de tránsito para exportarla allende el océano Atlántico.
Por otro lado, un informe de la Fundación Milenio coincidió con las opiniones de Miranda y señaló que la decisión lógica habría sido instalar la planta de urea y amoniaco en las cercanías de la frontera con Brasil.