II
Resalto como epítome de este libro del populismo energético al proceso exploratorio denominado Lliquimuni (norte de La Paz), que se intentó una búsqueda de gas y líquidos con un gasto que sobrepasa los 150 millones USD. El ex ministro Carlos Miranda, un gurú boliviano del gas, tiene exquisitos datos del fracaso de Lliquimuni.
- En cuanto a inversiones los números no son altos: veamos: informes estatales indican que para 2017 la inversión en hidrocarburos alcanza a 2.410,8 millones USD, de los cuales el 76,7% provendrá del Estado boliviano y apenas 23,3% de las empresas privadas. A modo de comparar: México con su reforma energética de 2014, y en palabras del secretario de energía Pedro Coldwell: en 2016 el país tuvo asegurados 28,000 millones USD y para julio 2017 habría pasado los 50.000 millones USD, eso es atraer inversión privada, lo demás es cuento populista. El populismo es enemigo del gas.
- El populismo obcecado sigue pensando que la “espalda” financiera del Estado boliviano es muy grande y que somos el “ombligo del mundo”, ignoran el mercado, reglas del capitalismo petrolero y ni hablar de redes de trabajo y sinergias con el mundo moderno y los capitales especializados en la industria.
- Las fases importantes de la cadena de valor de la industria del gas en Bolivia no se han desarrollado adecuadamente. En exploración, vimos que hay serias falencias de inversión, en producción lo propio, refino, transporte y comercialización tampoco merecieron la mejor atención.
- Un apunte que siempre subrayo: recientemente la presidenta del gremio de compañías petroleras bolivianas indicó que mientras que en 2004 (era no populista) se perforó 63 pozos con fines exploratorios, entre 2006-2015 (era populista aliada a Chávez y Maduro) se llegó a perforar apenas 58, lo que muestra que la actividad exploratoria estuvo en segundo plano en el país.
Tras este desahogo sentimental, voy concluyendo indicando el éxito del mercado, del comercio y del capitalismo petrolero en un ambiente de libertad: el caso argentino. No olvidemos el dato del Departamento de Energía de Estados Unidos, determinó en 2013 que la formación patagónica Vaca Muerta podría contener la segunda reserva mundial técnicamente recuperable de shale gas y la cuarta de petróleo. El presidente Mauricio Macri y su equipo entendieron que la industria del gas/petróleo sólo se desarrolló en caldos de cultivo propios, como la libertad y hoy el Gobierno argentino está estimulando a la industria privada de gas/petróleo, garantizando un valor estímulo (US$7,50/MMBtu), en el marco del Plan Gas, que estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2019. Esto representa un incentivo para las empresas, que hasta hace poco percibían US$2,60/MMBtu.
Con una inversión anual de US$10.000 millones en yacimientos no convencionales de gas, Neuquén -rica provincia argentina del gas- estará en condiciones de solucionar el déficit energético que hoy tiene Argentina.
Creo que como en todo negocio, la prosperidad es resultado del trabajo, menos Estado, menos presión populista y menos ideología, porque finalmente la energía, el gas y petróleo no deben estar sometidos a reglas de ideologías, porque son llaves de desarrollo.
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