El efecto multiplicador del transporte intermodal

Al admitir la teoría de la integración, Bolivia también tiene que aceptar en este tiempo las dimensiones de la globalización como rasgo de la economía mundial, con procesos de producción dinámica, con flujo y reflujo incisivo de capitales internacionales y la complementariedad indispensable de los modos de transporte, sin los cuales todo se diluiría en simples planteamientos teóricos y discursos que no conjugan con los intereses del país. Bolivia, la verdad sea dicha, no está respondiendo a este desafío.

Para el caso boliviano, los corredores multimodales, llamados también corredores de exportación, representan los puentes o la plataforma física que nos permitiría poner en vigencia los efectos del comercio internacional entre los países del continente y de éstos con otros de los demás continentes. Pero, fundamentalmente, ni la integración ni la globalización se las podría entender sin la prevalencia de los modos de transporte, que en nuestro país hasta ahora no han sido tomados en serio por los anteriores y el actual gobierno, entrampados casi siempre en subalternas disputas políticas que distraen su atención, mientras otras naciones apresuran su andar por las rutas de nuevas formas de vecindad entre pueblos.

Estos modos de transporte que surgen en el territorio de un país, cuanto más calidad técnica tienen y cuanto más numerosos son a tiempo de contribuir al fortalecimiento del mercado interno, representan instrumentos de vinculación, amistad y entendimiento, pero además son fundamentos de movilización económica y comercial de nuestras regiones interiores.

Hay países donde caminos, ferrocarriles, puertos marítimos y fluviales se cruzan y entrecruzan en un laberinto de vías de contacto para satisfacer movimientos poblacionales y de comercio, agitando febrilmente las economías de los espacios geográficos que se ha señalado.

Sobre este particular y poniendo relieve en el tiempo transcurrido, es bueno referirse a una reunión realizada en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en noviembre de 1995 entre ministros de transportes y obras públicas que conforman el Cono Sur, quienes reafirmaron la voluntad política de sus gobiernos para mancomunar esfuerzos en la construcción de corredores interoceánicos (entonces el intento de hacerlo ahora no es nuevo), como base del comercio y del desarrollo sostenido de sus respectivos países.

En aquella cita se acordó también la constitución de un grupo técnico de trabajo para determinar la prioridad de los corredores y formular un perfil de proyectos para ser presentados a los organismos multilaterales de crédito en procura de sus financiamientos. En aquella reunión también se destacó la importancia de implementar mediante los subsistemas ferroviario, caminero, fluvial y lacustre. Esos países fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay.

Mientras que aquellos países y otros han avanzado lo suyo y a grandes pasos en sus respectivos territorios, Bolivia no obstante de tener los mayores beneficios en lo que toca a sus ventajas comparativas, como ser la Hidrovía Paraguay-Paraná y ser centro neurálgico de Sudamérica, sigue a la zaga desde 1995; hasta parece que los anteriores gobiernos y el actual se ha olvidado de los originales planteamientos por la marcada indiferencia ante los intereses de Bolivia, ya que su accionar más tiende a atender sus intereses políticos, además de empañar con sus actitudes no solo la imagen del país en el concierto internacional, sino, lo que es peor, estar fortaleciendo el aislamiento deliberado de Chile contra el postulado integracionista de perfiles diversos entre las naciones, senda por donde deben caminar nuestras aspiraciones marítimas.

¿Hasta cuándo esta olímpica indiferencia contra los superiores intereses de esta Bolivia necesitada de gestiones de gobierno más reflexivas y mejor planificadas con visión de futuro?

Sería ideal que como parte de su gestión de gobierno, el Ministerio de Transportes constituya una Comisión permanente para fiscalizar las acciones operativas y establecer las necesidades del transporte intermodal de pasajeros y carga de todo el país, Y que, semestralmente, esta comisión informe al ministerio los resultados correspondientes, de tal manera que esta Secretaria de Estado también haga conocer al país las acciones de cada uno de los subsectores por separado y del conjunto del sistema intermodal de transportes.