Falta de control y desfalco bancario

Reviste gravedad el desfalco de casi 38 millones de bolivianos por el Jefe de Operaciones del Banco Unión de la Agencia de Batallas, pequeña población altiplánica de La Paz. El ilícito se produjo en poco tiempo, desde diciembre 2016 hasta agosto del presente año. La sustracción de este importante monto delata la ineficiencia de los controles internos y hace temer que paralelamente ocurran o estén ocurriendo similares desfalcos. Se trata de un Banco con agencias tanto en las capitales de departamento como en toda clase de pueblos del territorio nacional.

El Banco Unión ha venido a sustituir la función que cumplía el ex Banco el Estado, manejando las cuentas estatales y la liquidez de los sueldos y emolumentos de toda la planta administrativa oficial, por lo que está llamado a mantener un redoblado cuidado en su desenvolvimiento por la alta responsabilidad que entraña dicha magnitud financiera. Por encima se halla la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero, a cargo de la Lic. Lenny Valdivia, que como indica su rótulo examina en última instancia el movimiento fiduciario de las entidades prestadoras de servicios bancarios y para bancarios. En principio, esa entidad calificó el hecho como “caso aislado”, pero a poco se denunció otro desfalco en Prodem (Agencia de Miraflores). El presunto responsable se encuentra detenido. ASFI tampoco parece haber detectado a tiempo el ilícito en Prodem.

El presunto desfalcador del Unión está detenido y en cierto modo ha confesado su delito aunque falta mucho por investigar. Han sido detenidos la novia y un cómplice, y con detención domiciliaria el dueño de un rent a car, donde presuntamente se lavaba el dinero y se adquiría lujosos carros para el estafador. Recientemente se ha detenido a más de un familiar de Juan Pari Mamani y se descubrió en el domicilio una caja fuerte. En cuanto al Banco Unión fue destituido el Gerente Nacional de Operaciones y se investiga a 18 funcionarios. Se teme que como en anteriores escándalos protagonizados por organismos del Estado, los procesados sean empleados subalternos, como la secretaria y el chofer en otro novelesco caso. Veremos hasta qué punto el Banco afectado y la ASFI son capaces de sanear las listas de empleados necesarias para dar seguridad al público.

El impacto a la banca en general no es leve ni mucho menos y se debe actuar en consecuencia si se quiere devolver la credibilidad y confianza de los usuarios en la administración del fruto de su trabajo, ahorros y hasta privaciones. Expertos en la materia y consultores a nivel internacional identifican el origen del hecho en las fallas de los controles internos y a delegaciones de excesiva confianza de parte de los niveles bancarios jerárquicos a funcionarios medios, lo que en buen romance no es otra cosa que preterir su función de control y supervisión con verdadero celo sobre el resto del personal.