La Paz entre tradiciones y modernidad

Los paceños somos personas de muchas tradiciones que hacen de nuestra ciudad una maravilla viva. Muchas de éstas nacieron en las calles, en las escuelas, e incluso en los hogares de sus ciudadanos.

Cosas tan tradicionales como los antiguos juegos de antaño, en carnavales, San Juan, y otros se están haciendo menos tradicionales, pues con el paso del tiempo, las personas recordamos cómo solían ser estos festejos y pasatiempos que tanto nos divertían. Pero los tiempos cambian, lo que no cambia es cómo recordamos y añoramos esas épocas tan apreciadas por todos.

Aún recuerdo cómo hace unos 10 años solíamos jugar en la escuela; en un frenesí de juegos y risas se trataba de aprovechar al máximo las horas de recreación. Hoy, sin embargo, muchos niños y niñas no saben lo que es jugar, correr y divertirse únicamente con el don de su imaginación, porque el desbordante mundo de la tecnología los ha atrapado con un teléfono móvil y un audífono, siendo éstos suficientes para quitarles una parte de su infancia que ya nunca podrán recuperar.

Nadie parece salvarse de esta era digital, en las universidades, por ejemplo, el problema más grande al que se enfrentan los docentes en la hora de dar cátedra es una batalla sin tregua con sus estudiantes por el uso de los celulares, tema con el que tienen que lidiar diariamente, en la mayoría de los casos sin encontrar una solución para este conflicto. Sin embargo, en otros tiempos estas situaciones no se las veía en ningún momento.

Otra de las costumbres que se ha perdido es la interacción y la comunicación que se tenía en los hogares paceños en la hora del almuerzo. Antes nos reunimos en la mesa para comer y los padres hablaban con sus hijos de las cosas que hicieron y las anécdotas que relataban, ahora incluso los padres en algunos casos no pueden evitar navegar y chatear por sus teléfonos en la hora de la comida.

A pesar de todo, tener un teléfono móvil se ha convertido en un instrumento indispensable, si se lo sabe utilizar, pues ahora las barreras de distancia y tiempo se han reducido a lo mínimo y el flujo de la información y la comunicación se ha agilizado. Esto gracias a tener una herramienta de mucha utilidad al alcance de nuestros pulgares.

Entonces el uso de las nuevas tecnologías debe ser moderado y además no se las debería utilizar en horarios de clases, recreación y durante las reuniones familiares, pues se pierde la buena educación y la sana diversión.

El autor es estudiante de la carrera de Comunicación Social de la UMSA.