A pocas horas de la premiación
• Una edición a la que se presentaron 634 novelas, un nuevo récord que demuestra la confianza de los autores en el premio
Barcelona.- Varias novelas históricas están entre las diez finalistas que hoy optan al LXVI Premio Planeta, que se entregará en una cena que se celebrará en Barcelona, ciudad que seguirá albergando este evento pese a que a la sede del grupo se trasladará a Madrid.
La situación en la región española de Cataluña ha llevado al Grupo Planeta a decidir el traslado de su sede social a Madrid, pero el presidente de la empresa editorial, José Creuheras, aseguró hoy que el premio se seguirá fallando y entregando en Barcelona.
Un premio que se ha convertido en el mejor dotado económicamente en español, con 601.000 euros para el ganador, que nació en 1951 y cuyas tres primeras ediciones se entregaron en Madrid para luego pasar a Barcelona, donde permanecerá.
“Puedo asegurar hoy que nuestra decisión es seguir celebrando el Premio Planeta en Barcelona”, afirmó Creuheras en la habitual conferencia de prensa de la víspera de este premio literario que este año celebra su edición número 66.
Una edición a la que se presentaron 634 novelas, un nuevo récord que demuestra “la confianza de los autores en el premio”, según Creuheras.
De ellas, diez son las finalistas que mañana optarán al premio y en ellas “domina la novela histórica y la novela social contemporánea, aunque estén todos los matices de los géneros representados”, señaló hoy uno de los miembros del jurado, el editor Emili Rosales.
Una de las finalistas es una historia de un astrónomo ambientada en el siglo XI que “podría recordar” a “El Médico”, de Noah Gordon, pero también varias novelas negras y de intriga e historias románticas, según precisó otro de los miembros del jurado, Juan Eslava Galán.
Completan el grupo encargado de elegir las novelas ganadora y finalista Alberto Blecua, Pere Gimferrer, Fernando Delgado, Carmen Posadas y Rosa Regas.
Los tres últimos están entre los ganadores de un premio que han recibido autores españoles como Camilo José Cela, Ana María Matute, Ramón J. Sender, Jorge Semprún o Eduardo Mendoza y latinoamericanos como Mario Vargas Llosa, Marcos Aguinis, Alfredo Bryce Echenique, Antonio Skármeta o Jorge Zepeda Patterson.
“El Premio Planeta goza de muy buena salud desde el punto de vista del catálogo de autores y de las novelas vendidas”, comentó Creuheras, que destacó que en las 65 ediciones anteriores acumulan ya unos 42,5 millones de ejemplares.
Ahora el principal reto es “la globalización de los contenidos” y el cambio en la venta de los libros, con la aparición de empresas como Amazon o Google”, señaló el director general de la división de Libros, Jesús Badenes.
En la actualidad, Planeta edita en cinco lenguas y está presente en más de quince países, y estas cifras se refuerzan con el Premio Planeta.
Como ejemplo, Badenes citó la novela “Todo esto te daré”, de la española Dolores Redondo que ganó el galardón el pasado año, que se ha publicado en 19 lenguas y casi 40 países.
Añadió que continúa vigente la definición del oficio de editor que hacía el fundador de Planeta, José Manuel Lara: Poner en contacto a todo aquel que quiera escribir con aquel que le quiera leer.
“Aunque cambian los formatos, la esencia es la misma, sigue dominando el formato papel”, dijo Badenes, quien explicó que el único mercado donde el soporte digital es más importante, Estados Unidos, supone menos del 20 %, mientras que en “Italia, Francia, Alemania y España el libro físico supone más del 90 %, que se compra en librerías o directamente en internet”.
Creuheras destacó además que, a pesar de las circunstancias recientes, la venta de libros en España ha entrado en su “cuarto año consecutivo de crecimiento”.
Pero reconoció que el conflicto político que se vive en la comunidad autónoma de Cataluña ha llevado a un descenso de las ventas de un 25 % en las librerías que pertenecen al grupo, en las que la afluencia de público ha caído hasta en un 50 %.
Tras enmarcar este comportamiento en «una crisis del consumo que es generalizada», expresó su confianza en que no haya un boicot a la empresa en Cataluña por el traslado de la sede social y fiscal a Madrid.
«Nos sentimos muy orgullosos de pertenecer a Cataluña, a España y a Europa», dijo Creuheras. Pero, recordó, «mi obligación es «preservar a nuestros colaboradores y accionistas y el proyecto empresarial, y eso no tiene nada que ver con la política ni con los sentimientos». (EFE)
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