Entre 119 países
Bolivia se sitúa en el puesto 66 entre 119 países listados en el “Índice Global del Hambre - 2017” (GHI, por sus siglas en inglés) con una tasa que bajó de grave a moderada desde el año 2000.
De acuerdo con este informe global, la tasa de hambre en Bolivia se sitúa en 17,2 en esta gestión, es decir, 13,1 puntos menos que su registro en 2000. Este año el GHI, presentado por el International Food Policy Research Institute, Concern Worldwide y Welthungerhilfe, busca poner de relieve los progresos desiguales en la reducción del hambre.
NIVELES MUNDIALES
Los niveles de hambre en el mundo han disminuido más de una cuarta parte desde el año 2000, sin embargo, las puntuaciones del GHI - 2017 subrayan cuán desigual, precario y frágil es este progreso. Según el documento “la hambruna ha ensombrecido a cuatro países en el último año, mientras que los conflictos y el cambio climático continúan afectando duramente a los más pobres”.
En el GHI de este año se advierte que “más allá de estas crisis agudas, en muchos países, los esfuerzos para cumplir el objetivo de -cero hambre-podrían verse seriamente amenazados por trabas y obstáculos a largo plazo”, analiza el informe Iniciativa por Nuestra Tierra con presencia en Bolivia y Perú.
MILLONES CON HAMBRE
Además, la disminución media del hambre en los niveles nacionales no expresa a cabalidad las realidades sombrías de los niveles sub-nacionales, se lee en la nota de prensa. “Los promedios pueden ocultar zonas rezagadas en las que millones de personas siguen padeciendo hambre”.
En esa línea, “las desigualdades del hambre” evidenciadas por los datos del GHI, guardan estrecha relación con las desigualdades subyacentes de poder social, económico y político. Esto significa que “los grupos con menos poder social, económico y político, como las mujeres y las niñas, las minorías étnicas y los pobres de las zonas rurales, a menudo también experimentan mayores niveles de pobreza y hambre”.
“La reducción de las desigualdades y el hambre implican la ineludible participación de la población históricamente excluida en el diseño e implementación de las políticas públicas. La sociedad civil articulada, tiene el deber y el derecho de exigir políticas públicas efectivas, incluyentes y acordes con las altas responsabilidades de los estados”, dice Arturo Bellot, representante de Welthungerhilfe para Bolivia y Perú.
El GHI tiene una vigencia de 12 años, clasifica a los países en función de cuatro indicadores clave: subnutrición, mortalidad infantil, emaciación infantil y retraso en el crecimiento de los niños. El informe de 2017 clasificó a 119 países, de los cuales, casi la mitad tienen niveles de hambre “extremadamente alarmantes”, “alarmantes” o “graves”. (ANF)
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