El flagelo de la extrema pobreza azota aún a 1.8 millones de connacionales, pese a los avances logrados en los últimos años y a la declaratoria de que Bolivia pasó a ser una nación de ingresos medios, según datos divulgados por el exministro de Economía, Luis Arce.
Asimismo, la proporción representa un 18 por ciento de la población boliviana, según esa misma fuente. El producto por persona (per cápita) sería de $us 3.000, pero ese ingreso promedio está lejos de beneficiar a los pobladores rurales.
Por otro lado, los grupos marginados, como los pueblos indígenas, enfrentan barreras adicionales. Por ejemplo, los pueblos indígenas tienen casi tres veces más posibilidades de ser extremadamente pobres que los grupos no indígenas. Estas tasas de pobreza más altas derivan en un menor acceso a la escolarización.