En la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, en la provincia Pacasas de los reinos y provincias del Perú en 1586, el ilustre señor Diego Cabeza de Vaca, corregidor y justicia mayor en esta ciudad, habiendo visto una memoria e instrucción escrita en molde que el Excmo. Señor don Fernando de Torres de Portugal, conde del Villar, le envío juntamente con una carta en la que pedía que viese dicha instrucción e hiciese la voluntad de su majestad. Entonces gracias a los primeros habitantes, las primeras personas que anduvieron por esta ciudad se pudieron realzar una relación de las costumbres y ritos de esta tierra.
Esta ciudad fue nombrada por los españoles Nuestra Señora de La Paz; el asiento y lugar donde se pobló se llama en lengua de indios Chuquiapo, que quiere decir “heredad de oro”, a causa de que a un lado de este lugar hay unas minas antiguas de oro, que al tiempo que los españoles descubrieron esta tierra las hallaron pobladas y el marqués don Francisco Pizarro, primero conquistador y descubridor de este reino, las labró y benefició, al obtener mucha cantidad de oro.