Alto Comisionado de la ONU se va de Bolivia

El 10 de diciembre de 2017 cerrará la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudr) informó Denis Racicot en un evento social donde se despidió de Bolivia.

Después de 10 años la representación del organismo internacional terminará sus funciones en Bolivia como consecuencia de la conclusión del convenio de permanencia en el país. El 10 de diciembre de 2007 inició sus actividades.

“El cierre definitivo se hará el 10 de diciembre –no estaré en ese momento– después de 10 años (porque) la Oficina empezó (sus funciones) el 10 de diciembre del año 2007”, recordó Racicot, quien llegó al país para estar al frente de esa entidad.

“Para todos nosotros, el equipo, es un momento de profunda tristeza. Siempre pensábamos que podíamos aportar más. Pienso que de alguna forma la oficina ha dejado huellas”, manifestó Racicot, quien dejará el país el próximo mes.

Este jueves se realizó un acto en el que se despidió de las instituciones del Estado, gubernamentales, de la sociedad civil y de su equipo de trabajo que lo acompañó durante su estadía de trabajo en Bolivia.

No hizo un balance de su trabajo, porque dijo que será presentado próximamente. Anticipó que la oficina regional ubicada en Santiago de Chile tendrá a una persona en el país “para seguir el camino que hemos trazado”, afirmó.

Reconoció que su oficina fue objeto de muchas críticas del Gobierno, la oposición y otras organizaciones, lamentó que su labor no siempre fue bien conocida.

Temas pendientes

Racicot cree que un tema en el que todavía se debe trabajar “muy fuerte” es en todas las formas de violencia de género en el país, por la necesidad que existe en crear un cambio institucional.

Por otra parte, sostiene que los problemas en la administración de justicia no se han solucionado pese a las reformas e iniciativas legislativas “el conjunto (del sistema) no parece funcionar”, dijo.

Atribuyó los problemas en alguna medida a las prácticas que existen entre los abogados, jueces y fiscales específicamente a la corrupción. Respecto a la “injerencia política”, argumenta que cuando llegó al país en 1996 ya se hablaba de “cuoteo” aunque reconoce que ahora también existe la “misma interferencia política”.

“Es un tema para conversar a profundidad, para ver cómo sustraer el sistema judicial de estas influencias de carácter político a todos los niveles del nivel central, local y departamental”, sostuvo. (ANF)