Mototerapia para rehabilitación de niños y jóvenes discapacitados

Las personas con discapacidades conforman uno de los grupos más marginados del mundo, esas personas presentan peores resultados sanitarios, sin poder lograr mejora en su formación académica, lo que no garantiza arreglar su condición económica, registrándose en las tasas de pobreza más altas de este grupo social.

Hoy la discapacidad es considerada una cuestión de Derechos Humanos. Las personas están discapacitadas por la sociedad, no solo por sus cuerpos, pero estos obstáculos pueden ser superados, si los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, los profesionales y las personas con discapacidad y sus familias trabajan en colaboración.

Más de 1.000 millones de personas viven con algún tipo de discapacidad, la proporción de personas con discapacidad está aumentando, lo que se atribuye al envejecimiento de la población y al aumento de las enfermedades crónicas a escala mundial.

En Bolivia hay aproximadamente 388.000 personas con diferentes discapacidades, y se calcula que 1.000 se encuentran en la ciudad de El Alto, en diferentes centros de rehabilitación, donde cada día luchan para su rehabilitación y conseguir una mejor vida.

Enfocada en esta problemática, la Policía Boliviana, a través del Comando Regional de El Alto, lanzó el programa de Mototerapia, proyecto piloto dirigido a los niños y jóvenes con discapacidades, intelectual, auditiva, visual, físico motor, y para ello se concentró a 200 niños y jóvenes del Centro Especializado de Rehabilitación Física e Integral (CEREFI), apoyado por su equipo multidisciplinario, con la finalidad de que con esta experiencia, las personas con alguna discapacidad puedan mejorar sus condiciones de motricidad, perder el miedo y relacionarse con el mundo exterior.

La Mototerapia es una actividad que se realiza a través de las motocicletas, conducidas por funcionarios policiales, quienes realizan una serie de acrobacias, demostraciones, alegran y cambian de rutina de los discapacitados; éstos suben a las motos, sienten el movimiento, el ruido del motor, la bocina, la aceleración las sirenas y experimentan nuevas sensaciones, consiguen desarrollar la autoestima, el autocontrol, la concentración, y así mejoran su camino a una rehabilitación.

Jóvenes y niños inocentes, al experimentar nuevas emociones excepcionales, vibraciones que supone la relajación de toda la espasticidad, estimulan los sentidos, avivan su alma, sonrisa y se dan nuevas esperanzas de vida, en la vida rutinaria que les toca desarrollar entre cuatro paredes.