Cementerio La Llamita es antro de infección

A pocos días de la celebración de Todos Santos, el cementerio La Llamita, en la avenida Periférica, se encuentra en estado de abandono y de pésimas condiciones. La falta de limpieza e higiene convirtieron a este camposanto en un foco de infección.

Un letrero de la Subalcaldía del Distrito 7 prohíbe los entierros. Sin embargo, la prohibición no surte efecto, toda vez que el cementerio no es administrado por el municipio y está considerado como clandestino.

A diferencia del Cementerio de General, donde muchos obreros ultiman los detalles para Todos Santos en “La Llamita”, un grupo de indigentes son los “dueños” del lugar y conviven con los muertos, entre olores de cadáveres en descomposición que se desprenden de las fosas semienterradas.

EL DIARIO llegó hasta el sitio ubicado, próximo a la ahora estación de la línea anaranjada del teleférico. Acoge a aquellos cuerpos de familias de escasos recursos económicos o que simplemente les es más cómodo enterrar a sus muertos en un lugar próximo a sus domicilios.

NO TIENE INFRAESTRUCTURA

Una vetusta puerta da paso al campo santo, donde las tumbas y la basura están por todo el lugar. En este cementerio, no existen pabellones o tumbas donde sepultar los cuerpos, de ahí que todas los nichos están en la tierra, algunos sin nombres, otros se encuentran profanados, en tanto que algunas sirven para rituales “malignos”.

En medio del lúgubre desorden encontramos a Orlando Quispe, limpiando el nicho de cemento de su esposa, que falleció el año 2014. “Nadie cuida el lugar, porque no es un cementerio municipal”, se quejó.

En el recorrido pudo evidenciarse la existencia de nichos que fueron cavados a poca profundidad y de los cuales se desprenden fuertes olores de los cuerpos en descomposición, de hecho cuando uno camina por el lugar los pies se hunden por el terreno blando y poco profundo.

Pascual Mamani, otro de los dolientes que arregla la tumba de su hijo, se queja por la falta de limpieza del lugar y la inseguridad que provocan en los visitantes, porque grupos de bebedores consuetudinarios que hicieron del lugar su “refugio”.

“Nadie viene a limpiar y peor a ordenar. No hay que pedir permiso a nadie para enterrar los cuerpos”, admite.

LIMPIEZA

Por ser este un cementerio clandestino, el municipio no tiene tuición para realizar el mantenimiento del mismo.

Sin embargo, los entrevistados coincidieron –por separado– en señalar que en Todos Santos la Subalcaldía de la Periférica se encarga de la limpieza del cementerio, pese a que es un sitio clandestino y se espera que desde mañana obreros ediles remocen el lugar para recibir a los familiares de los difuntos.

La construcción de la línea anaranjada del teleférico permitió que muchos árboles sea podados, lo de malo es que nadie se ocupó de limpiar el follaje dispersado por todo el lugar, en medio de botellas vacías de alcohol, bolsas plásticas, ropa, basura, nichos profanados, yerba crecida, el cementerio fue convertido en un basural.

La Llamita es un espacio de terreno que fue aprovechado por dolientes para enterrar a sus difuntos, dañando el medioambiente y abandonado por autoridades municipales, ya que no tiene nada de condiciones básicas que requiere un cementerio, como vías, calles, callejones, agua, energía eléctrica, un administrador, un sereno y obviamente la respectiva seguridad a los dolientes.