Las exportaciones son fuentes de ingreso y fortalecen las reservas internacionales. Las importaciones generan salida de divisas, pero los bienes de capital impulsan la economía y traen innovaciones.
Ningún Gobernante defenderá que a Bolivia no le interesa exportar y comerciar con otros países; por lo cual se debe tener una multitud de relaciones económicas y comerciales con los demás países, es algo que genera progreso económico y social. Los esquemas de integración abren puertas al comercio y habrá que evaluar cuál de todas debemos impulsar, como ALADI; Grupo Andino; Comunidad Económica Europea; Sistema Generalizado de Preferencias; GATT y acuerdos bilaterales.
Bolivia, desde su creación, se ha caracterizado por ser exportadora de materias primas, pasando de la plata al estaño, luego a los hidrocarburos, agroindustria y algunos productos agropecuarios, con bajo valor agregado; y si no hay cambios sustanciales; en el futuro será el litio.
El país necesita promover el fortalecimiento y crecimiento de su sector exportador. Esta necesidad se explica porque una economía pequeña como la nuestra no puede sustentar su crecimiento solo con el mercado interno. Necesitamos del mercado externo para diversificar nuestras exportaciones y garantizar el desarrollo nacional a largo plazo.
El Gobierno debe preocuparse por proteger al productor nacional, enmarcándose en la llamada política proteccionista, tomando algunas medidas parancelarias, pues de lo contrario -como está ocurriendo ahora- resulta más barato comprar lo importado, afectando de manera significativa a la producción boliviana, con los peligros que ello implica contra la economía nacional.
En muchas oportunidades, el Gobierno destacó que nuestra estabilidad y crecimiento está por encima de los niveles latinoamericanos y se debe a que el mercado interno tiene una demanda agregada por las políticas aplicadas por el gobierno, porque la población demanda más productos.
El Gobierno, pese a que la industria manufacturera e industrial con valor agregado es indispensable para la economía nacional, no tiene a estos sectores como parte de sus políticas económicas, que se ratifica en el hecho de que la inversión nacional está distribuida en 75% para el sector de los recursos no renovables y el 25% restante en la agroindustria y agricultura.
Si tomamos en cuenta la relación exportaciones/producto interno bruto -que mide la proporción existente entre la producción nacional que se vende en los mercados externos- vemos que las exportaciones de América Latina como las de Bolivia siempre han tenido un comportamiento cíclico.
Entre 1990 y 2003, las ventas de la región hacia terceros países llegaron casi al 20% del PIB y Bolivia igualó a las que tuvo en 1990. Y hacia el 2015, la relación con el PIB bajó al 15%. Las reservas internacionales netas, RIN de Bolivia representan aproximadamente el 30% del PIB, que son suficientes para afrontar las importaciones anuales y es un índice solvente para la economía nacional.
La balanza comercial de Bolivia ha sido deficitaria en estos últimos años, en razón a que las importaciones son mayores que las exportaciones. En la gestión 2016 el déficit fue de 1.345 millones de dólares aproximadamente, un 4,16% del PIB.
Las exportaciones nacionales por departamento muestran que los paceños están por debajo de varias regiones nacionales. Los departamentos que en conjunto representan el 76% de las exportaciones nacionales son: Tarija, con hidrocarburos, Santa Cruz con minerales, hidrocarburos y agroindustria y Potosí con minerales.
Como señalan los investigadores Luis Carlos Jemio y Susana del Granado en su trabajo “Exportaciones y recursos naturales”, el sector externo juega un papel muy importante en la economía mundial. Los países tienden a especializarse en la producción de algunos bienes y servicios, parte de los cuales es vendido al exterior. Las exportaciones y el comercio exterior juegan un rol fundamental en el desarrollo de las naciones.
Es necesario remarcar que una economía de pequeña escala como la nuestra depende en mayor medida del mercado externo, pues de esta forma su sector productivo podrá aprovechar una producción a escala, lo que no solo lo hará más competitivo, sino que también tendrá productos a la venta con precios más competitivos; para generar desarrollo y crecimiento requerimos industrializar el petróleo, el gas y la minería, el litio y la agroindustria, generando mayor valor agregado en las exportaciones.
El autor es Economista, licenciado en la UMSA, con Post Grado; Doctorado Ph.D en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina y Académico de Número de la ABCE (Academia Boliviana de Ciencias Económicas).
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