Formar hijos con violencia o abandono trae secuelas

Braulia López, Trabajadora Social del Municipio, asegura que una de las consecuencias para que se produzcan denuncias de maltrato en contra de los adultos mayores, se debe a la falta o pérdida de valores que debe instaurarse nuevamente en la familia y la sociedad. "Los hijos maltratados aprenden a maltratar a sus abuelos".

Las familias presentan un total desconocimiento de las normas legales, porque desde el primer núcleo se cree que es "obligación" el dejar una herencia a los hijos, cuando no existe ninguna norma legal que permita ese aspecto.

A ello se suma un tercer factor, que es el pleno desconocimiento de los cambios fisiológicos, psicológicos y sociales en el cual ingresan los adultos mayores. En este proceso, son los hijos e hijas, quienes al no conocer dichos cambios, suelen "aburrirse, no entender y solo actúan con violencia", buscando la manera de abandonar, a sus familiares ancianos, en algún asilo.

AGRESORES

De acuerdo a los reportes de denuncias que deben ser atendidas en defensorías y remitidas a diferentes instancias como el programa en defensa de este sector, los principales agresores de los adultos mayores, son hijos e hijas en áreas periurbanas, urbanas y sobre todo en el sector rural.

Cuando los adultos mayores llegan a las oficinas de atención, denunciando por haber sido maltratados por sus hijos, sus descendientes a la hora de prestar sus declaraciones suelen aducir que su conducta se debe a una especie de "venganza" por parte de los hijos e hijas, quienes aseguran que sus padres no habrían supuestamente respondido a las atenciones de ellos cuando estos eran menores, aspecto que en el proceso de valoración entra en contradicción, porque los padres, dieron lo que ninguna persona podía haberles entregado, "como es la posibilidad de que estén con vida".

AMOR Y COMPRENSIÓN

Para López, los maltratos y el abandono que sufren los adultos mayores, va en aumento, considerando que la falta de valores, no es el único factor que influye, "lo malo es que cuando somos jóvenes, cometemos muchos errores, como no atender a nuestros hijos, no darles afectos, cariño, comprensión, los abandonamos, sin pensar que un día vamos hacer viejitos y viejitas, pero que recibiremos todo eso que les hemos enseñado a nuestros hijos, por lo tanto si quiero que mi hijo o hija me trate mañana con atención, amor, cariño, paciencia, hoy que soy madre o padre le brindare todo eso a mi hijo, para recibir lo mismo de adulto", reflexionó López.

En los procesos de conciliación, los hijos y las hijas, son quienes demuestras que cuando eran menores o adolescentes, ellos han enfrentado toda una serie de traumas, abandonos, violencia en la familia y cuando son padres no solo repiten esa violencia, sino que llegan a aplicarla en muchos de los casos en contra de sus progenitores, como una conducta de "venganza".

"Es por eso que nosotros como municipio, como comunidad del adulto mayor, lo único que hacemos es cumplir y hacer cumplir lo que establece la normativa, que demanda una atención en diferentes instancias legales", explicó López.

AUTORIDADES

Una vez que se logra recabar las denuncias, la instancia municipal coordina tanto con el Ministerio de Justicia, Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, como con el Defensor del Pueblo, con la Felcc y la Felcv.

Esta coordinación se presenta a través del programa en defensa de los derechos de los adultos mayores, porque no existen unidades exclusivas que atiendan los casos de los adultos mayores, "es por eso que como municipio estamos haciendo conocer que existe una Defensoría del Adulto Mayor y que enmarcados en una normativa es cuando recién los administradores del Ministerio Público, nos invitan hacer parte de un proceso o una audiencia donde existe como víctima un adulto mayor.

Al momento existe el análisis por parte del Ministerio de Justicia, la cabeza del Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, para que se determine un juzgado exclusivo en defensa de los adultos mayores.

En El Alto, las denuncias en contra de las personas de la tercera edad, suele ser mayor a 1.000 casos, donde los descendientes o familiares de los abuelos, son directos responsables de los casos de violencia.