Todos Santos en urbe alteña
• Miles de familias preparan las mesas o altares de difuntos, para recibir a sus seres queridos durante la celebración
La fiesta de Todos Santos viene cargada de muchas tradiciones y costumbres que aún se viven en la ciudad de El Alto, donde se conmemora a los fieles difuntos, dos momentos que nos lleva a recordar a nuestros seres queridos que vivieron junto a nosotros y para sentir la presencia de ellos se pondrá una mesa en cada uno de los hogares con una variedad de alimentos que les gustaban a nuestros seres queridos.
Con esta finalidad estos días la ciudad de El Alto se vio inundada de cañas, frutas y flores, para armar las mesas en memoria de los muertos y de esta forma recuperar las vivencias de Todos Santos a partir del 1 de noviembre día que se conoce como la llegada de las almas a los diferentes domicilios familiares de los difuntos.
ANTEPASADOS
La fiesta de Todos Santos es uno de los momentos trascendentales que como cada año se celebra, también conocido como la fiesta en memoria de los muertos, donde esta celebración se efectúa en familia visitando las tumbas de sus antepasados.
De esta forma las personas que perdieron a sus seres queridos hacen grandes esfuerzos para recibir a las almas, ya que deben comprar todos los artículos para armar las mesas, donde debe tener además todo lo que le gustaba en vida.
Esta fiesta se inicia el 1 de noviembre con los preparativos de la mesa para recibir el alma de los difuntos, de manera que al mediodía esté todo listo para su llegada.
ALTAR DEL DIFUNTO
La mesa o altar del difunto, debe estar preparada a tiempo, porque se dice que las almas llegan el primero de noviembre justo al mediodía y su estructura tiene un lenguaje simbólico de color y disposición de los diferentes elementos que la componen.
Se coloca un mantel negro para las almas de personas mayores y blanco cuando se trata de niños, muchas veces el altar puede ser para ambas edades, mitad blanco y mitad negro.
Para las almas pequeñas, jóvenes y solteros, sólo refrescos, dulces, galletas, frutas, guirnaldas multicolores, predominando el color blanco, como símbolo de pureza del difunto llamado “angelito”.
En el altar se colocan los elementos rituales hechos de pan, como escaleras, la cruz cristiana, aves diversas, como los cóndores; luego están las conocidas tantawawas en sus diferentes variedades.
En muchos casos en este lugar se encuentra el epitafio del difunto con su fotografía y la inscripción del nombre y día de su fallecimiento. Encima del altar están las cañas y las pasankallas multicolores que asemejan las estrellas del cielo.
FLORES Y TANTAWAWAS
Luego viene el espacio donde se colocan las bebidas, las comidas, las galletas, la tantawawa, caballos, llamas, todos hechos de la masa de pan y de la misma manera están presentes las bebidas, refrescos, cerveza, coca, frutas, biscochuelos, dulces y masitas.
En la parte inferior de la mesa se colocan flores de color blanco y amarillas como la retama, además de los tallos de cebolla (tocoros) que proporcionan a las almas el agua para calmar su sed, en las cuatro esquinas de la mesa se colocan las cañas, que representa los bastones de los difuntos y se adorna la mesa con coronas y suspiros de colores, donde la primera jornada de día y de noche se reciben a los rezadores que visitan las casas donde hay mesas instaladas.
EL 2 DE NOVIEMBRE
Se visitan los cementerios con panes, caña, frutas y comida y se hace rezar a las personas que visitan el cementerio. Al mediodía rezan por el almuerzo y por la tarde rezan por las cosas que están en la mesa.
El despacho consiste en recoger la mesa al mediodía pidiendo al alma que regrese al año siguiente para volver a compartir. El ritual de despacho dura tres años hasta que el alma se va satisfecha y no retorne, según las creencias enraizadas en el pueblo.
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