Corrupción, transparencia y moral

La corrupción es una lacra humana que corroe las fibras más profundas de las sociedades; no distingue a pobres y ricos, tampoco raza, religión o política; en todos los estratos sociales del planeta tierra se da este mal.

En la antigua Roma, en Grecia, Fenicia y otros, había tráfico de influencias, extorsión, coima, etc. Y en la era cristiana, el caso muy conocido es el de Judas que entregó a Jesús, por unas cuantas monedas, a los romanos. En la época moderna, existen muchos casos de corrupción en varios países, en unos más que en otros; y también se conoce a los diez líderes más corruptos del mundo. Es decir que es un mal de la humanidad, que es inherente al mismo hombre.

Aproximándonos a esta parte del mundo; en América Latina, varios países sufren este flagelo. Según el ranking de la ONG Transparencia Internacional (TI), entre 18 países encuestados el primer lugar está ocupado por Venezuela y, lamentablemente, después estaría Bolivia; un país rico en recursos naturales, pero, irónicamente, con mucha pobreza, precisamente como consecuencia de la corrupción y falta de transparencia de los gobernantes de turno, siendo ésta la principal causa de su atraso económico y social.

Bolivia, desde su creación hasta nuestros días, casi en todos los gobiernos ha confrontado corrupción y robos al Estado; tanto en gobiernos dictatoriales como en los democráticos. El caso del dictador García Meza fue emblemático, con mucha corrupción y narcotráfico; como también lo fue el gobierno de Banzer. En los gobiernos democráticos, con los partidos de turno que gobernaron el país: MNR, MIR, ADN, hasta el actual, se vino confrontando este flagelo social; es decir que es un mal endémico e instituido en el país. En los últimos años se ha conocido numerosos casos de tráfico de influencias, extorsión, soborno, robo, narcotráfico, etc., que mancillan la imagen del Estado boliviano. Desde los estratos sociales más bajos hasta esferas más altas de las instituciones públicas suceden estos hechos ilícitos. Podemos afirmar que por eso también, Bolivia perdió su Mar. Como reza la frase: “donde se aprieta salta el pus”.

En los últimos años han aumentado considerablemente los hechos de corrupción que alarmaron a la población boliviana; como son los casos del Fondo Indígena (Fondioc), que es muy llamativo, las barcazas chinas, misiles chinos, CAMC, los taladros de YPFB, Ministerio de Defensa, Policía Nacional, Caja Nacional de Salud, Alcaldía de Achacachi, EMAPA, etc., etc. El reciente desfalco millonario ocurrido en el Banco Unión, donde el Estado boliviano es el socio mayoritario, alarmó a la población. Este caso es muy extraño, porque durante todo un año los ladrones han estado sustrayendo el dinero, sin que alguien se percatara de ello, a pesar de haber controles establecidos, como arqueos de Caja, vigilancia policial, ya que al público que visita este banco se le revisa todo; y también están otras instancias superiores, como ASFI, Ministerio de Finanzas y otras.

Entonces, la pregunta es: ¿para qué están esos controles, como arqueos de Caja que realizan los bancos a diario, semanales o mensuales? Esto llama mucho la atención, y aquí está en juego la moral y la ética de las autoridades y el personal superior que se desempeña en funciones de autoridad.

Sin embargo, se debe puntualizar que personajes que cometen esos hechos, para realizar sus fechorías y como una vía muy fácil, generalmente optan por afiliarse al partido gobernante de turno, para conseguir un nombramiento en algún cargo importante de una institución del Estado y valiéndose de esas influencias, cometen el delito de apropiarse de los fondos del Estado, que son del pueblo boliviano. Perjudican, de esta manera, la imagen de la institución y del mismo gobierno. En adelante, el gobierno deberá tomar muy en cuenta este aspecto.