Almas que me visitaron

Como soy ferviente seguidor de las creencias de nuestro pueblo católico y al mismo tiempo hechicero y piadoso, medio creyente y aprendiz de las brujerías de los yatiris, abrí las puertas de mi casa a todas las almas que pasaron por ella, ofreciéndoles algo que los bolivianos no me rechazarían nunca, como ser whisky, sándwiches de chola, t´antawawas y un buen ají de fideo (fideos uchú), entre muchas otras “delicatesen” propias de nuestra tierra privilegiada.

Como corrió la noticia velozmente, a los pocos minutos me vi rodeado de almas benditas que habían salido del Paraíso un poco aburridas del orden sobrenatural que reina en esos parajes y en busca de un escenario pintoresco, donde la virtud es calificada de “cojoriza” y el pecado es enaltecido hasta los círculos de gobierno más selectos y sabios.

Mis visitantes se sintieron felices al visitar mi hogar, pues hallaron a un periodista que sabe escuchar, cualidad no muy frecuente en esta tierra bulliciosa y amante de los bloqueos, huelgas y paros, hechos tan naturales para nosotros y tan extraños para los espíritus que moran entre las nubes y se antojan de escuchar alguna vez gritos de guerra como “qué queremos… y cuándo lo queremos”, que son respondidos con el enérgico “ahora carajo”.

En efecto, hablé con todos los espíritus, mientras éstos aprovechaban de mi generosa hospitalidad y le metían trago y comida, como si ésta pudiera acabarse en cualquier momento.

Cuando pensé en que todas las benditas almas se habían saciado con el convite, bajo una mesa encontraba a un espíritu que apenas me vio se echó a mis pies para decirme que no lo devolviera al paraíso, porque deseaba forma parte de todo el despelote que se registraba en La Paz, y otras ciudades bolivianas ante el anuncio de Evo Morales de mantenerse en la Presidencia por 500 años.

Como no podía ser de otra manera, me puse en contacto mediante el WhatsApp con el Jefe de Seguridad del Paraíso para comunicarle que tenía como huésped a un ciudadano que no quería retornar a su residencia eterna, dispuesta por nuestro Señor, y que prefería ser testigo del chenko que se armaría para el año 2019.

Recibiendo ordenes divinas de hacerlo regresar a su lugar de origen, situado en una nube del territorio celestial, gestión que comunique al interesado, quien llorando se marchó, echándome en cara que allá en el Edén existe una Eva comedora de manzanas… sin ningún Evo, pues éste prefiere reinar por siempre en la tierra y mejor si es en el Palacio de Gobierno o en sus dominios del Chapare.